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domingo, 12 de mayo de 2013

NOVELA NIALL & TÚ: CAPÍTULO 10

CAPÍTULO 10: EL RESTAURANTE
NARRAS TÚ:
Los días siguientes fueron aburridos ya que no podíamos hablar ni tener contacto alguno con los chicos. Anna decía que no debíamos relacionarnos con ellos si no queríamos tener serios problemas.
Por fin llegó el día de el lanzamiento de nuestro tercer disco, el cuál fue un éxito.
Ese día nos levantamos muy temprano para poder asistir a las múltiples entrevistas que Anna había concertado para nosotras.
Entré en el baño y me duché con agua medianamente caliente. Cuando salí había un bonito conjunto de ropa esperándome en la cama. Me acerqué y lo cogí.
Era así:


















Me lo probé convencida de que no me sentaría bien y cuando me miré al espejo me sorprendí al ver lo bien que me quedaba.
No tuve mucho tiempo para contemplar mi figura en el reflejo del cristal, ya que la voz de Anna gritándome se oía desde el primer piso.
-¡Baja a desayunar!- gritó desesperada por tercera vez consecutiva.
-¡Ya voy!- respondí resoplando.
Llegué a la cocina y allí estaban todas desayunando. Naomi y Paula ya habñian terminado sus tostadas mientras que Irene saboreaba su amargo café.
Cogí la humeante taza de café que, como todos los días esperaba que me la bebiese a pequeños sorbos. Y así lo hice.
Cuando terminé, metí la taza en el lavabajillas y me senté en el sofá para ver la tele mientras las demás terminaban de arreglarse en sus respectivas habitaciones.
Minutos después me encontré subida en la furgoneta negra, camino de la gran empresa donde tendrían lugar las múltiples entrevistas concertadas para aquel día.
Cuando llegamos entramos y atravesamos infinidad de pasillos en los que la gente nos miraba con caras de asombrados, algunos llegaron a pedirnos autógrafos. Hubo un hombre que me llamó mucho la atención ya que me pidió que le firmase un trozo de papel para así poder dárselo a su nieta que era gran fan nuestra. Yo encantada lo hice y además me tomé una foto con él, lo que hizo que se emocionase al borde de las lágrimas.
Nunca llegué a pensar que nosotras, Girl's Revolution, tuviésemos tanta influencia en las personas...

*2 horas después*

Cuando por fin terminó todo el calvario de las entrevistas, preguntas indiscretas y flashes por todos lados, Anna nos permitió ir a comer al restaurante más cercano.
Irene y Paula decidieron quedarse a comer en la cafetería de el edificio así que Naomi y yo salimos a la calle para buscar un buen restaurante donde poder alejarnos de las miradas curiosas de todos.
Recorrimos varias calles hasta que llegamos a una gran calle por la que pasaban cientos de coches. Avanzamos contemplando los escaparates de las tiendas y cuando entramos en un lujoso restaurante.
Un camarero vestido con un uniforme compuesto por una camisa blanca debajo de un delantal gris y unos pantalones negros, nos señaló una mesa vacía y nosotras nos sentamos donde este nos había indicado.
Pasados varios minutos el camarero nos entregó un menú enfundado en una delicada funda de color rojo carmín.
La abrí  pude observar diferentes comidas de diferentes sabores y tipos, ordenadas alfabéticamente.
Estuve bastante tiempo intentando decidir qué escoger, hasta que al final me decanté por el pato con salsa de naranja.
Le entregué el menú al camarero y este se marchó para encargar nuestros pedidos al cocinero.
Cogí una de las copas de cristal que adornaban la mesa de madera lacada, y me la llevé a la boca para degustar el vino que había en su interior. Mientras bebía del líquido amargo, le eché una rápida ojeada al lugar y allí estaba él, sentado.
Ante tal sorpresa, la copa se resbaló de entre mis dedos, cayendo al suelo, lo que produjo un gran estruendo.
Los camareros se acercaron a mí y me ayudaron a recoger los pequeños trozos de cristal esparcidos por las baldosas de mármol del suelo.
-¡Qué ha pasado!- preguntó Naomi asustada.
Señalé con la vista donde se encontraba Niall. Estaba acompañado de una chica rubia y alta, que reía a la vez que él.
Mis mejillas ardieron de rabia al ver a esa chica tan juntita a Niall mientras los dos reían a la par.
Naomi hizo una mueca de desagrado al ver aquella escena y me miró con una expresión de desagrado.
-Parece que Niall tiene un nuevo fichaje- cogió su copa de vino y me la cedió.
-No, gracias- respondí rechazando la copa de vino que ella me ofrecía.
Volví  mirar a Niall, el cuál me devolvió la mirada. Me sorprendí al notar sus ojos clavados en los míos.
Miré hacia la mesa pero ya era demasiado tarde ya que cuando quise darme cuenta, Niall ya estaba a mi lado.
-¡_____(tn)!- exclamó con una sonrisa.
-Niall- dije yo sin ánimos.
-¿Qué tal?- preguntó sentándose a mí lado en una de las sillas sobrantes que había alrededor de la mesa.
-Pues bastante cansada pero bien ¿Y tú?- pregunté con interés.
-Pues muy bien- respondió Niall con una gran sonrisa.
Me extrañó verlo tan contento ya que no había motivo aparente para que lo estuviese.
A Naomi también le extrañó mucho su felicidad por lo que preguntó:
-¿A qué se debe tu... felicidad?- hizo énfasis en la última palabra mientras miraba a Niall esperando una respuesta convincente.
-Bueno... el verdadero motivo de que esté tan contento, es ella- señaló a la chica que se encontraba en la mesa y la hizo un gesto con la mano para que se acercase a nosotros.
Conforme se iba acercando podía notar como el hedor de su dulce fragancia se introducía por mis fosas nasales. Sin duda se le había ido la mano con la colonia.
-Chicas os presento a Lucía- dijo Niall sonriente mientras la agarraba dulcemente de la mano- Es mi novia.
Al decir esto noté como mis ojos se abrían como platos mientras una ráfaga de celos y rabia recorría mis venas.

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