NARRAS TÚ:
-¡Liam!- me levanté de un salto al ver su expresión de enfado y asombro a la vez.
-______(tn)- pronunció mi nombre con tal cautela que por unos segundos me dio la impresión de que había alguien escuchando nuestra conversación.
-¿Qué haces aquí?- logré preguntar mientras las últimas lágrimas se resbalaban por mis mejillas emborronándolas del poco maquillaje que ahora me quedaba en la cara.
-Decidí seguirte- dijo muy seguro de sus propias palabras.
Hice una mueca que debió de gustarle, ya que su expresión divertida le delataba.
-¿Y a que se debe tu persecución?- dije intentando sonar animada, lo que resultó fatal ya que parecía que estaba borracha.
-Cuando saliste del edificio, te ví alejarte corriendo y decidí seguirte- me miraba directamente mientra hablaba totalmente calmado.
Me sequé los restos de lágrimas, lo que hizo que este me cogiese de la mano.
-Sé lo que te pasa- me dijo dulcemente. Mi expresión avinagrada, cambió a una de sorpresa.
-¿Es serio?- pregunté esperanzada de que por una vez en mucho tiempo, alguien fuese capaz de entenderme.
Él asintió y los ojos se me volvieron a llenar de lágrimas. Sin decir nada, él me rodeo con sus brazos y me envolvió en su perfume, que tanto anhelaba oler.
Liam y yo llegamos a ser mejores amigos, pero la competencia entre ambas bandas lo arruinó todo, de manera que perdimos la confianza el uno por el otro y arruinamos nuestra fuerte amistad.
-No llores- me susurró en el oído mientras las lágrimas corrían en mi rostro, el cuál yacía enterrado en la sudadera de Liam.
Cuando mi llanto cesó me aparté de Liam y le miré a los ojos.
-¿Por qué haces todo esto?- pregunté con tono depresivo.
.-Por que eres mi mejor amiga ¿Recuerdas?- preguntó en tono burlón.
"Como olvidarlo" pensé mientras soltaba una risita ante mi propio pensamiento.
-Lo recuerdo perfectamente- por un momento anhelé aquellas tardes de invierno en las que dábamos paseos en el parque y jugábamos a tirarnos bolas de nieve, como si de niños se tratase.
Noté su cálida mano rodeando la mía y un escalofrío recorrió mi columna, dándome frío. Comenzó a acercarse poco a poco hasta que solo unos pocos centímetros nos separaban.
Intenté retroceder pensando que lo que iba a hacer no era lo correcto, pero me dejé llevar por el deseo y acabé con mis labios posados sobre los suyos, disfrutando de un cálido beso al atardecer.
Cuando los pulmones empezaron a contraerse en busca de oxígeno, me separé de él y miré fijamente al suelo, arrepentida de haber besado a Liam.
Cuando iba a decir algo, un ruido de ramas rotas captó mi atención por completo. Observé el lugar cautelosamente, en busca de algo o alguien que hubiesen producido ese sospechoso sonido.
-¿Qué ha sido eso?- preguntó Liam susurrando. Me encogí de hombros mientras seguía examinando el lugar.
De repente la lente de una cámara de alta profesionalidad, se asomó entre los arbustos y un enorme foco de luz salió de ella.
Me tapé los ojos con las manos para que aquella luz no me hiciese daño en los ojos pero cuando me quise dar cuenta, Liam ya me estaba arrastrando hacía un pequeño callejón en el que nadie pudiese venos.
Cuando por fín llegamos al mugriento y destartalado callejón, pude respirar con tranquilar, lo que me resultó difícil, por lo agitada que tenía la respiración en esos momentos.
Agudicé el oído y entre el sonido de los coches, pude distinguir el sonido de varias pisadas que susurraban palabras sin sentido.
-¡Los paparazzis vienen hacía aquí!- susurré alterada.
Si había algo que me molestaba más que la gente hipócrita, eran los paparazzis cotillas que lo único que querían era meterse en la vida de los demás para arruinarla.
-Vamos- dijo Liam entrando por una pequeña puerta situada detrás de los sucios cubos de basura, en los que rebosaban los materiales inorgánicos.
Le seguí y me tapé la nariz ante el primer contacto de olor. El ambiente allí dentro era asquerosamente asqueroso. El hedor a podrido se filtraba a través de mis fosas nasales produciéndome verdadera repugnancia.
-Sígueme- dijo Liam arrastrándose por el estrecho túnel que conducía unas tuberías más asquerosas aún que las anteriores.
-¡Sácame de aquí!- grité cuando uno de mis zapatos de tacón fue arrastrado por la fría corriente de agua que corría bajo mis pies.
-Deja de ser quejica y sigue andando- dijo Liam empezando a perder la paciencia.
Seguí andando mientras me lamentaba por lo bajo; "El precio de la fama" pensé.
Tras andar siglos bajo las tuberías subterráneas de la ciudad, subimos por una pequeña escalera y salimos al exterior. Cuando conseguí salir completamente del agujero de la alcantarilla bufé malhumorada y decidí echarle un vistazo al lugar en el que nos encontrábamos.
-¿Donde estamos?- pregunté confundida mientras miraba a mi alrededor.
-En casa- arrugué la nariz al escuchar la respuesta de Liam.
Me cogió de la mano y me llevó hasta una valla blanca que marcaba el límite entre una casa y otra.
-¡Esta es tu casa!- exclamé refiriéndome a la casa donde él vivía con los chicos.
-Exacto- se acercó a la puerta de entrada, sacó sus llaves y abrió la puerta.
-Las damas primero- me hizo una seña para que pasase y yo reí ante su comentario.
-Gracias caballero- bromeé mientras él también se reía.
Recorrí el lugar con la mirada y no pude evitar soltar un suspiro de asombro al ver lo bonita que era aquella casa. He de admitir que la decoración era simplemente perfecta.
Me acerqué a una puerta que permanecía cerrada, asñi que decidí abrirla. Sentía mucha curiosidad por saber lo que había allí dentro.
Al abrirla las miradas de todas las personas allí presentes, se dirigieron a mí, lo que me hizo sentir muy avergonzada.
Entre ellos estaba él.
P.D. Holaa!
Espero que os haya gustado el cap y bueno... lo de siempre :)
COMENTAD porfavor!
Besos a tod@s xx
.-Por que eres mi mejor amiga ¿Recuerdas?- preguntó en tono burlón.
"Como olvidarlo" pensé mientras soltaba una risita ante mi propio pensamiento.
-Lo recuerdo perfectamente- por un momento anhelé aquellas tardes de invierno en las que dábamos paseos en el parque y jugábamos a tirarnos bolas de nieve, como si de niños se tratase.
Noté su cálida mano rodeando la mía y un escalofrío recorrió mi columna, dándome frío. Comenzó a acercarse poco a poco hasta que solo unos pocos centímetros nos separaban.
Intenté retroceder pensando que lo que iba a hacer no era lo correcto, pero me dejé llevar por el deseo y acabé con mis labios posados sobre los suyos, disfrutando de un cálido beso al atardecer.
Cuando los pulmones empezaron a contraerse en busca de oxígeno, me separé de él y miré fijamente al suelo, arrepentida de haber besado a Liam.
Cuando iba a decir algo, un ruido de ramas rotas captó mi atención por completo. Observé el lugar cautelosamente, en busca de algo o alguien que hubiesen producido ese sospechoso sonido.
-¿Qué ha sido eso?- preguntó Liam susurrando. Me encogí de hombros mientras seguía examinando el lugar.
De repente la lente de una cámara de alta profesionalidad, se asomó entre los arbustos y un enorme foco de luz salió de ella.
Me tapé los ojos con las manos para que aquella luz no me hiciese daño en los ojos pero cuando me quise dar cuenta, Liam ya me estaba arrastrando hacía un pequeño callejón en el que nadie pudiese venos.
Cuando por fín llegamos al mugriento y destartalado callejón, pude respirar con tranquilar, lo que me resultó difícil, por lo agitada que tenía la respiración en esos momentos.
Agudicé el oído y entre el sonido de los coches, pude distinguir el sonido de varias pisadas que susurraban palabras sin sentido.
-¡Los paparazzis vienen hacía aquí!- susurré alterada.
Si había algo que me molestaba más que la gente hipócrita, eran los paparazzis cotillas que lo único que querían era meterse en la vida de los demás para arruinarla.
-Vamos- dijo Liam entrando por una pequeña puerta situada detrás de los sucios cubos de basura, en los que rebosaban los materiales inorgánicos.
Le seguí y me tapé la nariz ante el primer contacto de olor. El ambiente allí dentro era asquerosamente asqueroso. El hedor a podrido se filtraba a través de mis fosas nasales produciéndome verdadera repugnancia.
-Sígueme- dijo Liam arrastrándose por el estrecho túnel que conducía unas tuberías más asquerosas aún que las anteriores.
-¡Sácame de aquí!- grité cuando uno de mis zapatos de tacón fue arrastrado por la fría corriente de agua que corría bajo mis pies.
-Deja de ser quejica y sigue andando- dijo Liam empezando a perder la paciencia.
Seguí andando mientras me lamentaba por lo bajo; "El precio de la fama" pensé.
Tras andar siglos bajo las tuberías subterráneas de la ciudad, subimos por una pequeña escalera y salimos al exterior. Cuando conseguí salir completamente del agujero de la alcantarilla bufé malhumorada y decidí echarle un vistazo al lugar en el que nos encontrábamos.
-¿Donde estamos?- pregunté confundida mientras miraba a mi alrededor.
-En casa- arrugué la nariz al escuchar la respuesta de Liam.
Me cogió de la mano y me llevó hasta una valla blanca que marcaba el límite entre una casa y otra.
-¡Esta es tu casa!- exclamé refiriéndome a la casa donde él vivía con los chicos.
-Exacto- se acercó a la puerta de entrada, sacó sus llaves y abrió la puerta.
-Las damas primero- me hizo una seña para que pasase y yo reí ante su comentario.
-Gracias caballero- bromeé mientras él también se reía.
Recorrí el lugar con la mirada y no pude evitar soltar un suspiro de asombro al ver lo bonita que era aquella casa. He de admitir que la decoración era simplemente perfecta.
Me acerqué a una puerta que permanecía cerrada, asñi que decidí abrirla. Sentía mucha curiosidad por saber lo que había allí dentro.
Al abrirla las miradas de todas las personas allí presentes, se dirigieron a mí, lo que me hizo sentir muy avergonzada.
Entre ellos estaba él.
P.D. Holaa!
Espero que os haya gustado el cap y bueno... lo de siempre :)
COMENTAD porfavor!
Besos a tod@s xx
me muero d ganas de sabr q sucedera...????
ResponderEliminarjaja puess si!!
EliminarOMG!! Simplemente me encanto de verdad es perfecta la novela. Espero q la sigas. Xao besos.
ResponderEliminarJulia xx
Graciass!
EliminarMe encanta encontrarme con gente como tú :)
besos <3