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miércoles, 8 de enero de 2014

CAPÍTULO 25: ÚLTIMO BESO

Abrí los ojos lentamente, cegándome con la potente luz que se filtraba por el cristal translucido de la ventana. Miré a ambos lados de la cama buscando a Liam, pero él no se encontraba allí.

Me incorporé notando leves estallidos de dolor en el costado. Un hormigueo incesante me corría por el cuello, pero no podía siquiera tocármelo ya que la enfermera me había colocado un collarín blanco que me obligaba a mantener el cuello erguido, de modo que se curase más rápidamente. Me levanté y me puse los zapatos, los cuales reposaban a los píes de la cama, relucientes.

Tardé varios minutos en ponérmelos ya que el hecho de tener que doblarme sobre mis propias costillas me provocaba estallidos de dolor por todo el cuerpo, pero conseguí atármelos.

Me levanté de la cama y me dirigí al baño para asearme, ya que llevaba varios sin hacerlo y la idea de estar sucia me era poco agradable.

Cuando terminé salí del baño con un gran albornoz blanco cubriéndome el cuerpo. Mi pelo estaba alborotado y concentrado en una maraña de pelos enredados que solo sería capaz de desenredar con la ayuda de un peine.

Volví a la cama y me encontré con varias prendas de ropa puestas sobre la sábana. Estaban perfectamente dobladas y planchadas y desprendían un olor a detergente que me impregnó las fosas nasales.

Era así:



Sabía que aquello había sido un regalo de Liam, a modo de despedida, por lo que no debería aceptar aquel detalle pero lo cierto era que si iba a ver a Zayn tendría que estar presentable y aquella ropa era la adecuada para aquella ocasión.

Me lo puse sentada en la cama, sin importarme que mi pelo mojase la tela blanca de la sábana. Cuando terminé me peiné con las manos (no disponía de un peine en ese momento) y salí al pasillo con una sonrisa. Miré a ambos lados e hice una mueca al observar las múltiples puertas que se extendían a través de él.

No sabía ni siquiera donde me encontraba.

Comencé a andar por el pasillo y me interné por aquellos que le sucedían, mirando las paredes blancas. Tras varios minutos de recorrer muchos pasillos, todos idénticos entre sí, caí en la cuenta de que estaba atrapada en una especie de laberinto.

Fruncí el ceño y miré a mi alrededor, buscando alguna posible puerta que me sirviese como salida de escape. No me gustaba estar en un sitio desconocido con personas desconocidas. Seguí recorriendo los pasillos con la esperanza de encontrar la salida pero no hubo ni rastro de ella.

Doblé una esquina y me apoyé en la pared de uno de los pasillos, esperando a que alguien apareciese y me ayudase a salir de aquel laberinto.

El tiempo fue pasando y nadie aparecía por allí. Mi cuerpo se deslizó por la pared blanca y me quedé de cuclillas en el suelo, mirando fijamente a un punto fijo. Me senté sobre mis piernas y comencé a tararear una canción que me sabía de memoria.

Step one you say we need to talk
He walks you say sit down it's just a talk
He smiles politely back at you
You stare politely right on through
Some sort of window to your right
As he goes left and you stay right
Between the lines of fear and blame
And you begin to wonder why you came

Hice una pausa para respirar profundamente y miré a ambos lados del pasillo en busca de alguien que por casualidad pasase por allí. Al comprobar que no había nadie allí, miré al suelo y seguí tarareando la canción, sin importarme el ruido que esto provocara.

Where did I go wrong, I lost a friend
Somewhere along in the bitterness
And I would have stayed up with you all night
Had I known how to save a life

Let him know that you know best
Cause after all you do know best
Try to slip past his defense
Without granting innocence
Lay down a list of what is wrong
The things you've told him all along
And pray to God he hears you
And pray to God he hears you

Where did I go wrong, I lost a friend
Somewhere along in the bitterness
And I would have stayed up with you all night
Had I known how to save a life.

Cuando terminé, me recosté sobre la pared y cerré los ojos. Inspiré profundamente y esperé a que alguien pasase por allí. Todo fue silencio durante unos interminables segundos hasta que oí unas leves pisadas seguidas de unos estruendosos aplausos.

Me giré bruscamente y desde mi posición divisé unas piernas largas y delgadas cubiertas por un pantalón grisáceo de chándal. Miré hacia arriba y ahí estaba él, con su amplia sonrisa y esos ojos marrones que irradiaban tanto amor y dulzura.

-¡Zayn!- grité levantándome de golpe. Me lancé a sus brazos y oculté mi rostro en su camiseta inhalando su perfume. Olía a metal, cuero y sudor pero en esos momentos el sudor no estaba entre mis mayores preocupaciones.
-Princesa- susurró Zayn en mi oído. Escuchar su voz provocó que miles de corrientes eléctricas me recorrieran el cuerpo por completo.
-¿Qué haces aquí?- pregunté aparatándome de él. Si me hubiesen encontrado Liam, Harry o incluso Daniel, no me habría sorprendido nada ya que trabajaban allí y se sabían cada parte de aquel lugar como la palma de su mano, pero el hecho de que me hubiera encontrado Zayn era demasiado sospechoso.
-Te he estado siguiendo- respondió con sinceridad. Me sorprendió que lo hubiese dicho con tanta tranquilidad, sabiendo de antemano que me enfadaría pero no ocurrió.- La enfermera no me dejaba entrar a verte porque decía que eso podía alterarte y decidí quedarme a esperarte y como te vi salir de la habitación, decidí seguirte.

Me explicó con tono inocente. “La enfermera” había dicho, lo que significaba que no sabía que el que verdaderamente me había estado cuidando había sido Liam y lo mejor sería que no lo supiese.

Le abracé y rodeé sus caderas con mis brazos atrayéndolo hacía mí. Alcé la cabeza y le miré enarcando una ceja.

-Así que ahora te dedicas a seguir a chicas que se encuentran perdidas en medio de un laberintos de pasillos, sin saber por dónde salir- le dije en tono sarcástico. Sonreí y le miré esperando una respuesta.
-Solo sigo a las chicas que me gustan- susurró mirándome intensamente a los ojos. Alcé una ceja y le devolví la mirada.
-¿A sí? ¿Y quién es la afortunada que ha conquistado tu corazón?- me alejé de él, apartando mis brazos de sus caderas. Ladeé la cabeza y le miré expectante.

Sin decir una palabra se acercó a mí y esta vez fue él el que rodeó la cintura con sus fuertes y musculosos brazos. Sentí su calor corporal y me esforcé al máximo por no besarle. No debía hacerlo, no en ese momento. Debía esperar a que me diese una respuesta a la pregunta que le había formulado.

-Tú- susurró sobre mis labios y los juntó con ternura.  Los dedos temblorosos de Zayn me apretaron las caderas con fuerza atrayéndome más hacía él. Gemí de placer y seguí el ritmo del beso.

La electricidad que sentí la primera vez que besé a Zayn, seguía ahí, escondida en un rincón de mis entrañas esperando el momento oportuno para salir y llenarme de calor y placer.

Introduje mi lengua en su cavidad bucal y ambas jugaron entre ellas frenéticamente. Le miré durante un par de segundos y descifré la expresión de deseo que mostraban sus ojos. Una llama roja, yacía encendida en el centro de sus pupilas, reavivándose cada vez más a causa del placer que le causaba degustar mis labios, y que yo degustara los suyos.

Me junté al cuerpo de Zayn hasta que el paso de aíre quedó bloqueado por ambos cuerpos.

-Zayn…- jadeé recuperando la respiración. La duración y la intesidad del beso me había dejado sin aíre.
-¿Si?- murmuró apoyando su frente contra la mía.
-Te amo- susurré apoyando mis labios sobre los suyos- y nunca dejaré de hacerlo.
-¿Crees que yo sí dejaré de hacerlo algún día?- pregunté separándose un poco de mí con ambas dejas levantadas, formando un irregular arco.

Reí ante su inesperado chiste y le besé, de nuevo.

Mis manos se concentraron en su estómago, acariciándolo con suavidad, sin embargo él me paló las manos por los hombros, las manos, la espalda y cualquier parte de mi cuerpo que estuviese a su alcance. Noté como sus manos temblaban y dudé un segundo en separarme de él.

El beso no podía haber sido el causante de aquel temblor extremo, ya que la intensidad de este era calmada, demasiado para mi gusto.

No era tan apasionado como los demás, era casi como un beso de… despedida.

¿De despedida? No, eso no podía ser posible. Todavía quedaban muchas horas por delante antes de que llegase el momento de despedirse.

No quería pensar en eso pero las palabras de Liam llenaron cada esquina de mi mente.
Intenté que esos pensamientos se desvaneciesen de mi mente pero no ocurrió. Seguían ahí impidiéndome disfrutar del momento, recordándome cada segundo que apenas me quedaban horas con Zayn antes de que formase parte de la compañía que había intentado matarme.
Seguramente él no tuviese certeza de lo que le deparaba el destino, pero tenía que advertirle. Avisarle de que se separase de aquella gente que solo quería hacerle daño y persuadirle para que trabajase con ellos.

-Zayn, tengo que decirte algo- susurré sobre sus labios alejándome de él.
-Dime- asintió levemente con la cabeza permitiéndome hablar.
-Es… sobre la clasificación- comencé a hablar pero Zayn negó con la cabeza alejándose de mí y llevándose las manos a la cabeza con gesto resignado.
-______, no quiero hablar de eso ahora- suplicó con tono triste- solo quiero aprovechar el tiempo que nos queda juntos antes de que… bueno, antes de que te marches.

Hice una mueca de dolor al oír aquellas palabras. Zayn tenía puestas todas su esperanzas en volver a verme cuando los meses de entrenamiento terminasen, pero eso no iba a ser.

-Vale- respondí frunciendo el ceño. Me apoyé en la pared, en frente de él y dejé que mi cuerpo se deslizara sobre ella hasta que mis piernas se quedaron completamente extendidas sobre el suelo.

Cerré los ojos y noté la atenta mirada de Zayn sobre mí. Abrí mi ojo derecho y sonreí. Palmeé con la mano, la zona que tenía justo al lado e hice un ademán con la mano para que sentase a mi lado.

Me miró durante uno segundos, sopesando la oferta y me miró con los ojos entrecerrados.

-¿No prefieres que vayamos a la habitación y te ayude a hacer la maleta?- preguntó señalando el final del pasillo. Al parecer él sí que sabía cómo salir de aquel laberinto.

Negué con la cabeza y esbocé una sonrisilla tímida.

-No. Quiero pasar las horas que me quedan a tu lado.

Él me miró y aprecié la fascinación.

Volví a palmear el suelo, con frenesí, mirándole desafiante.

-Sr. Malik, creo que no sería de su conveniencia rechazar la oferta de sentarse al lado de una dama ¿No cree?- pregunté con voz cursi. Él rió y sentó a mi lado con las piernas estiradas.

Sus piernas eran largas y fuertes, al contrario que las mías, las cuales eran cortas y flácidas.

Me recosté sobre su hombro y cerré los ojos. No quería dormirme pero el sueño me invadió y el sueño se adueñó de cada una de las partes de mi cuerpo.

-_______- me dijo Zayn en un susurro- tienes una voz preciosa.


Fue lo último que llegué a oír antes de que el sueño me engullera por completo.


5 comentarios:

  1. Ay dios cada vez me enamoro mas de la historia de la rayis y Zayn!!
    *--* debes seguirla pronto. ¿Vale?
    Ay espero que si :)
    La amo de verdad!! Saludos!!

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  2. Hola!!! Aqui Yara!!!
    Me encanto el cap. Tenes que seguirlo lobmas antes posible porque no piedo esperar tanto tiempo.
    Bye, besos y abrazos psicológicos para ti.
    YaraXx

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  3. Sé que es un poco tarde pero soy Mery Da Font, la autora de You Belong With Me. Hoy repasando las entradas de mi blog he visto un comentario tuyo diciéndome que me pasara por aquí a leer tus historias... repito sé que es tarde pero aquí estoy :)
    Me he guardado la página en favoritos y cuando tenga tiempo empezaré a leerlas, aunque no sé si tienes muchas, y te daré mi opinión sincera sobre ellas :DDD
    Espero que sigas leyendo mi novela y que te guste!
    Un besito <3

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  4. Holaa
    Lamento desaparecer me tuve problemas...
    Sigue la noveee

    Alex!!! :3

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  5. La mejor novela del mundo, me encanta!!! Y adoro a Zayn! <3 ;**
    Le amo!!!! gracias por la novela ;*

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