El timbre de la puerta sonó varias veces, despertándome por
completo. Me froté los ojos y cuando hube despertado por completo, visualicé
una bandeja que contenía varias tostadas con mermeladas y un tazón con leche caliente.
Mis ojos brillaron al contemplar aquel manjar, y no pude
evitar soltar una exclamación por la emoción.
Devoré las tostadas con entusiasmo y cuando hube terminado me
bebí la leche de un solo trago.
Mi estómago rugió pidiendo más comida pero tuve que conformarme
con las migas que quedaban en el plato.
Me había concentrado tanto en el desayuno que Louis me había
preparado que no había caído en la cuenta de que este tenía visita, a juzgar
por las voces y risas que se oían en el salón.
Me levanté y me asomé a la puerta de la habitación
intentando ver las siluetas de los visitantes cuya identidad era totalmente
desconocida para mí. Permanecí con la oreja pegada a la puerta durante varios
minutos hasta que las voces fueron disminuyendo de tono hasta convertirse en un
susurro apenas perceptible.
Me separé de la puerta y volví a recostarme sobre el colchón
que había acabado por amoldarse a mi cuerpo. El pomo de la puerta giró y tres
siluetas aparecieron de la nada. La luz era tenue por lo que no fui capaz de
apreciar sus rostros con precisión.
-Es ella- dijo una voz demasiado conocida como para no
reconocerla- Es ________- la voz de Louis fue aumentando de tono hasta
convertirse en una exclamación.
Comenzaron a susurrar algo en un idioma totalmente
desconocido para mí, por lo que me fue imposible entender la conversación.
Tras varios minutos de sufrimiento para mí, por no ser capaz
de entender lo que decían, dejaron la conversación de lado y salieron de la
habitación, dejándome sola y encerrada.
-Es mi única oportunidad de escapar- pensé en voz alta, lo
que no fue muy buena elección por mi parte ya que alguien podría estar
vigilándome detrás de las cuatro paredes donde me encontraba encerrada.
Esperé varios minutos, a que Louis y las personas que le
acompañaran retomaran la conversación donde la habían dejado, para poder
escapar sin ser vista.
Pasaron segundos, minutos y no llego a recordar si alguna
hora, pero se me hacía imposible escapar debido a la presión que ejercía el
terror sobre mí. Estaba demasiado asustada como para intentar escapar de un
lugar que ni siquiera conocía.
¿Y si no lograba escapar y Louis se daba cuenta de mi
intento de fuga?
¿Y si me castigaba por haber desobedecido sus órdenes?
Sacudí la cabeza intentando ahuyentar los malos pensamientos
y me llené de valor. Me levanté de un rápido movimiento y giré el pomo de la
puerta intentando abrirla, sin embargo esta permanecía cerrada.
Toqueteé mi pelo en busca de unas de esas horquillas que
siempre utilizaba y efectivamente encontré una enredada en una maraña de pelos.
Observé aquel trozo de metal fino durante varios segundos meditando la
posibilidad de abrir la puerta con la horquilla y al final me decante por
aquella opción ya que todas las demás eran demasiado arriesgadas.
Introduje la horquilla en el pomo de la puerta y le di
varias vueltas de modo que pudiese abrirla pero no funcionó. Lo volví a
intentar pero siguió sin dar resultado.
-A la tercera va la vencida- pensé dándome fuerzas para
intentarlo una vez más, sin embargo ninguna de las tres veces que lo había
intentado habían dado resultado.
Me apoyé en la pared, cansada de intentar hacer algo bien
por una vez. No tenía escapatoria y por mucho que me doliese tenía que
aceptarlo. Justo cuando iba a tirar la toalla y darme por vencida, cuando no me
quedaban esperanzas de escapar, una idea atravesó mi mente.
Me levanté de un salto y me acerqué a la pared más lejana de
la puerta. Comencé a correr hacía la puerta y cuando estuve a apenas varios
centímetros me abalancé sobre ella, derrumbándola.
Me quedé quieta durante varios segundos, alerta de cualquier
movimiento proveniente de Louis o de los visitantes, sin embargo todo mantuvo
la calma habitual.
Me levanté con cuidado de no clavarme ninguna de las
múltiples astillas que cubrían el suelo de mármol. Me extrañó bastante que no
hubiesen llegado a oír el estruendo que había causado la puerta al derrumbarse
pero aquello había sido lo mejor que me podía haber sucedido.
De repente oí pasos y voces a través del pasillo que
comunicaba la habitación con el salón. Maldecí y comencé a correr por los
largos pasillos sin siquiera saber a dónde me dirigía. Las voces me seguían muy
de cerca, tan cerca que parecía que estaban justo detrás de mí.
Subí por unas escaleras de caracol con cuidado de no hacer
demasiado ruido y justo cuando estaba terminando de subirlas les vi.
Louis iba acompañado de dos jóvenes, un chico y una chica.
El chico era alto, guapo y tenía el pelo castaño, repleto de
rizos que animaban su expresión cómica. La chica era más bien bajita y delgada.
Tenía el pelo largo, con abundantes rizos castaños.
Reaccioné segundos después de que Zayn se diese cuenta de mi
presencia y comenzase a subir por la escalera a la velocidad de la luz.
Comencé a correr por los pasillos con el miedo corriéndome
por las venas. Dejé mi mente en blanco y me concentré en correr y encontrar una
salida para salir de aquel lugar.
Llegué a un gran ventanal de cristal abierto de par en par.
Me asomé cautelosamente y divisé la altura a la que me encontraba. Podía
divisar un gran campo con flores y espesos árboles rodeándolo todo. Había un
gran estanque a pocos metros de la zona donde aterrizaría en caso de que
decidiese escoger el ventanal como medio de escape.
Miré a mi alrededor en busca de otra salida pero no logré
encontrar nada que me sirviese como objeto de huida por lo que tuve que buscar
un plan para huir por el amplio ventanal.
-El agua del estanque amortiguará el golpe- pensé
agarrándome al ventanal dispuesta a saltar. Sabía perfectamente que lo más
probable era que muriese intentando aquella locura de escape, sin embargo era
mi única salida.
Respiré hondo y salté al vació. Las frías aguas del estanque
golpearon con fuerza todo mi cuerpo. Comencé a hundirme bajo la presión que el
agua ejercía sobre mí. Intenté nadar pero un cansancio me inundó
impidiéndomelo.
¿Qué me pasaba? Mis articulaciones no respondían, y estaba
comenzando a notar la falta de oxígeno en mi cuerpo. Agité los brazos y esta
vez sí que obedecieron a mis órdenes aunque ya era demasiado tarde.
Mis constantes vitales no respondían, lo que significaba que
no tardaría en perder el sentido y fue justamente lo que ocurrió. Mis ojos
comenzaron a cerrarse sin que me diese cuanta y en varios segundos perdí el
sentido por completo.
Rayitaaaaaaa!!!!!
ResponderEliminarViveeeeeeeeeee PLEASE VIIIIVEEEEE
Oh oh que pasara
Alex!!! :3
OMG! viveeee que pasara despues?
ResponderEliminarSiguela