-Zayn cariño, ven conmigo- dijo una chica alta, con
tirabuzones rubios callendole en cascada por los hombros. Me miró con furia y
cogió a Zayn de la mano arrastrándole fuera de la estancia.
-Ya hablaremos- dijo haciendo un gesto con la mano a modo de
despedida justo cuando salía por la puerta, arrastrado por aquella extraña
chica vestida con un uniforme rojo compuesto por una camiseta de tirantes y una
mini-falda.
Me apoyé en la pared y suspiré pesadamente. En ese momento
un grupo de chicas se acercó a mí con paso decidido.
-¿Te gusta, verdad?- preguntó una de ellas. Era morena y
tenía los ojos verdes. Esbozó una sonrisa mostrando una hilera de dientes
rectos y blancos. Me sorprendí bastante ante la pregunta ya que nunca había
entablado una conversación con aquella chica como para que me hiciese una
pregunta tan… indiscreta.
-Yo soy María- dijo ella extendiéndome una mano. La acepté
dudosa ya que no sabía si aquello era real o era una simple broma que les
gastaban a las nuevas como yo.
-Yo soy _____- dije con una tímida sonrisa.
-Ella es Daniela- dijo María señalando a una chica de pelo
largo marrón. Era más bien bajita y tenía los ojos marrones, bastante grandes.
Daniela hizo un gesto amable con la mano saludándome. Sonreí
y me encogí de hombros a modo de respuesta.
-Yo soy Alexandra- dijo una chica rubia y alta cuyos ojos
azules irradiaban felicidad y amabilidad. Llevaba el mismo uniforme rojo que la
chica que había arrastrado a Zayn fuera de la sala.
-Encantada de conoceros- dije esbozando una sonrisa. La
verdad es que me alegraba haber conocido a aquellas chicas pero seguía pensando
que se trataba de una broma de mal gusto simplemente para hacerme creer que
había conseguido amigas el primer día en un internado en el que nunca había
estado.
-Bueno, ahora cuéntanos ¿Te gusta Zayn?- preguntó Daniela
cogiéndome dulcemente del brazo. Ella y las demás chicas me llevaron hasta un
pequeño balcón completamente vacío.
Fruncí el ceño ante la pregunta y negué con la cabeza. No me
gustaba Zayn y no pensaba admitir algo que ni siquiera era cierto.
Alexandra hizo una mueca de inconformidad pero decidió pasar
a otro tema.
-Cuéntanos algo de ti ¿De dónde eres?- preguntó la chica
rubia.
-Yo nací en España pero al morir mi madre me fui a vivir a California
con mi padre. Allí he pasado toda mi infancia y mi adolescencia- bajé la mirada
al recordar los buenos momentos que había pasado en California con mi padre y
mis antiguos amigos del instituto.
-¡Yo también soy de España!- gritó María emocionada. Sonreí
sin darle demasiada importancia al asunto y miré a Daniela.
-¿Por qué has acudido a este “internado”?- preguntó Daniela
haciendo comillas con los dedos.
Miré al suelo meditando mi respuesta. No quería exponer mi
pasado a unas chicas que apenas conocía pero tampoco quería contarles algo que
no era verdad, por lo que decidí ser breve.
-Mi padre murió y tuve que viajar a Los Ángeles, donde… tuve
un pequeño accidente.- dije con lágrimas en los ojos. Recordar aquellos
horribles momentos no era lo más gratificante que podría haber hecho.
-¿Qué tipo de accidente?- preguntó María ladeando la cabeza,
curiosa. Puse los ojos en blanco y solté un bufido de resignación.
-Me… me secuestraron- susurré muy a mi pesar. Sabía que
confesar aquello no habría sido la mejor opción pero ya que se me presentaba la
oportunidad de tener “compañeras” no me habría gustado ocultarles nada.
-Vaya, lo siento- dijo Alexandra dándome un abrazo fugaz que
me dejó bastante confusa. Asentí con una pequeña sonrisa ahuyentando los malos
recuerdos.
-No te preocupes ______, nos tienes a nosotras- dijo Daniela
tocándome el hombro comprensivamente.
-A partir de ahora seremos tus amigas- añadió María
sentándose a mi lado.
Sonreí al comprobar que lo decía en serio. Acababa de
conocer a unas chicas que según mi instinto serían unas grandes amigas en las
que podría confiar.
……..
Caminaba por los pasillos de la residencia sin nada que
hacer. Miraba a ambos lados intentando encontrar alguna cara conocida con la
que pasar un rato agradable pero todos los que se cruzaban en mi camino era
completos desconocidos.
Alexandra había ido a su entrenamiento diario en el equipo
de animadoras y María se había ido a las clases de arte acompañada de Daniela.
Rechacé su oferta de acompañarlas, algo de lo que me arrepentía enormemente.
Llegué a un gran patio cubierto de césped artificial. Era
muy extenso. Tenía dos porterías situadas en los extremos del campo. Supuse que
era un campo de futbol ya que había unas gradas que rodeaban toda la esplanada.
En el centro del campo había un grupo de chicas que daban
saltos y agitaban unos pompones con energía.
Supuse que eran animadoras ya que
llevaban un traje rojo y blanco compuesto por una camiseta de tirantes corta y
una mini-falda que solo tapaba las partes más íntimas.
Me subí a las gradas y me senté en la primera fila
contemplando como las animadoras hacían piruetas y saltaban en el aíre.
Me asombró mucho ver lo elásticas que podían llegar a ser.
De repente una de ellas se alejó del grupo y comenzó a correr hacía donde yo me
encontraba.
-¡______!- gritó ella corriendo hacía las gradas. Entrecerré
los ojos intentando distinguir su rostro pero no fui capaz de verla hasta que
no estuvo a escasos metros de mí.
-¡Alexandra!- exclamé levantándome de un salto. Sonreí y le
di un abrazo que apenas duró unos segundos.
-¿Qué haces aquí?- preguntó ella recogiéndose el pelo en una
coleta alta.
-Intentando buscar alguna actividad con la que matar el
tiempo- respondí sin ganas. La verdad es que no tenía ganas de hacer nada. Solo
quería tumbarme en el césped y dormir hasta que el cansancio desapareciese de
mi cuerpo. Estaba demasiado cansada como para hacer algo útil.
-¿Quieres unirte al grupo de las animadoras?- preguntó
Alexandra con ilusión. Hice una mueca incapaz de responder a aquella pregunta-
¡Estaríamos juntas en el equipo!
Desde pequeña había jurado que jamás me uniría a uno de esos
grupos de animadoras que solo se preocupaban por no estar gordas y mantener el
tipo para poder ligarse a cualquier chico que se le cruzase por delante.
Quería negarme a su propuesta pero la ilusión que reflejaban
los ojos de Alexandra me ablandó el corazón por lo que acepté a regañadientes.
-¡Bien!- gritó ella
cogiéndome de la muñeca. Me arrastró hasta el centro del campo donde varias
chicas saltaban y hacían varias piruetas.
-Chicas, atención por favor- dijo Alexandra atrayendo la
atención de todas las chicas allí presentes.
-Tenemos una nueva candidata para entrar en el club de las
animadoras- dijo ella sonriendo a la vez que me señalaba con cierto
nerviosismo. Sonreí dulcemente, algo que no debería de haber hecho ya que
muchas me miraron con odio.
-¿Quién eres tú para decir eso?- preguntó una chica rubia
cuya voz chillona resonó en mis oídos.
La chica se acercó a Alexandra y la miró desafiante. Alexandra
bajó la mirada y susurró unas palabras que no fui capaz de entender. La miré
con tristeza por la humillación que acababa de sufrir por culpa de la chica
rubia con voz de pito.
-¿Cómo te llamas?- preguntó acercándose a mí.
-______- dije secamente.
-Bien ______ ponte este uniforme para hacer la prueba – dijo
lanzándome un uniforme azul oscuro. Lo atrapé al aíre evitando que se cayese en
el charco de barro situado justo delante de mí.
-¿Prueba?- pregunté enarcando una ceja. Alexandra no me
había advertido de aquello. No quería hacer una prueba y menos aún si era para
entrar en un grupo de animadoras donde la capitana era una rubia oxigenada con
voz de pito que solo sabía dar órdenes.
-Tienes que hacer una prueba para entrar en este equipo- me
explicó ella con fastidio- No pensarás entrar sin haber pasado antes una prueba.
¿Verdad?- preguntó ella.
Asentí tímidamente, lo que provocó que esta soltase una
profunda carcajada que me erizó la piel.
Segundos después me señaló una puerta situada en el otro
extremo del campo de futbol donde se podía leer “WC”
Suspiré y me dirigí al baño, donde me podría el uniforme.
“Toda mi vida intentando no ponerme en ridículo y la poca
dignidad que aún conservó la voy a perder en una estúpida prueba”
Pensé resignada. Si iba a humillarme delante de todo el
internado, lo haría de la mejor forma posible.
Wow!!! Pero que genial cap! Lo ame :D ame como rayis conocio a las chicas y ame como alexandra quiere que rayis entre al equipo de animadoras! :D haha muero por saber como deja boquiabierta a la rubia oxigenada :D siguela!!!, :*
ResponderEliminarWow ame el cap... A si se me olvida algo a ver
ResponderEliminarS
I
G
U
E
L
A
Alex!!! :3
Amo esta novela es tan hdjsodjjdfhsj!!!!!!!!
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