Llegué a la cabaña jadeando con el sudor empapándome la
frente. Me apoyé en la pared intentando recobrar el aliento que había perdido
al correr por el bosque. Estaba asustada, muy asustada y no sabía qué hacer.
Cogí la ropa que Liam me había lavado recientemente y la
metí en una pequeña cesta de ramas secas. Salí por la puerta de la cabaña, y
justo en ese momento me topé con Liam cuyo rostro estaba enrojecido por el
cansancio que había supuesto correr, bosque a través para llegar hasta la
cabaña.
-¿Dónde vas?- preguntó observando la bolsa en la que había
metido mis pertenencias.
-Me voy de aquí- dije sin siquiera mirarle a los ojos-
quiero volver a casa. Quiero volver a ser como antes.
Quiero volver a sentir
esa felicidad de estar rodeado por tus familiares- una lágrima rodó por mi
mejilla, cayendo al suelo con un sonido casi imperceptible.
-Pero ______, no puedes irte- dijo Liam agarrándome de la
muñeca, que aún seguía vendada.
-Sí, puedo y lo voy a hacer. No puedo quedarme aquí eternamente-
le dije con una mirada seria- Antes o después llegaría el momento de despedirse
y ese momento acaba de llegar.
-Bueno… al menos déjame acompañarte- se ofreció Liam con la
tristeza reflejada en sus ojos.
-No- respondí- ya has hecho muchas cosas por mí, y no quiero
causarte más problemas- dije intentando soportar las lágrimas. Odiaba las
despedidas y aquello era sin duda, una de las peores despedidas que había
vivido jamás.
Comencé a andar hacía la carretera, donde seguramente haría
autostop para que alguien me llevase de vuelta a mi hogar.
Esperé varios minutos a que pasara algún coche, sin embargo
la carretera seguía desierta. Tras un largo rato de espera, pasó una furgoneta
blanca, cuyo motor rechinaba a cada paso que daba.
Extendí mi brazo y levanté el pulgar de mi mano derecha
intentando que la furgoneta parase pero esta pasó de largo.
Minutos después pasaron varios coches que no prestaron
demasiada atención a mi señal. Finalmente me di por vencida ya que sabía que no
conseguiría hacer parar a ningún choche, aunque me equivocaba.
Una hora después de estar sentada en el asfalto de la
carretera, pasó un descapotable rojo que se paró justo en frente de mí.
-Hey, ¿Quieres que te llevemos?- preguntó un chico rubio.
Estaba acompañado por otros dos chicos y una chica que me miraba seriamente,
estudiándome con cautela.
Asentí y me levanté intentando ocultar la bolsa donde
guardaba el resto de la ropa.
-Sube - dijo uno de ellos. Me acerqué lentamente hasta donde
se encontraba el coche y cogí aire antes de entrar en el coche. Me situé en la
parte de atrás donde se encontraba la chica,la cual me miraba fijamente.
-¡Hola!- exclamó ella. Su pelo era marrón y varios rizos
caían en cascada sobre sus hombros de manera seductora.
-Hola- respondí con una sonrisa tímida. No solía mostrar ese
tipo de timidez con las personas pero tampoco era el tipo de chica que se
sueltan a hablar en cuanto conocen a alguien.
-¿Cómo te
llamas?- preguntó la chica de los rizos- Yo soy Laura.
-Yo soy _______- dije con una sonrisa tímida.
Daniela sonrió y comenzó a contarme anécdotas graciosas
acerca del viaje que habían hecho. Pasaron varios minutos hasta que llegamos a
una pequeña cafetería situada en medio de la autopista.
-Esperadme aquí, voy a comprar algo para tomar por el
camino- dijo el chico rubio. Laura asintió y miró por la pequeña ventanilla
situada justo a su derecha.
-Yo soy Harry- dijo un chico con el pelo rizado. Su sonrisa
era más seductora de lo que jamás podría haber imaginado y las gafas de sol que
llevaba realzaban su rostro ovalado.
-Yo me llamo _____- dije con una sonrisa.
-¿Qué te trae por aquí?- preguntó incorporándose de manera
que pudiese mirarme fijamente a los ojos.
No me esperaba aquella pregunta. No sabía que responderle.
¿Debía contarle la verdad para que ellos me ayudasen a denunciar a Louis y a la
empresa en la que trabajaba él? Negué con la cabeza ahuyentando esos
pensamientos.
No podía decírselo a nadie. No debía confiar en nadie, solo
en mí misma.
-He estado pasando un fin de semana con un amigo- mentí.
Sabía muy bien que no podía contar lo del secuestro a nadie que no fuese la
policía.
-¿Y qué ha pasado con tu amigo?- preguntó Daniela. Fruncí el
ceño sin comprender la pregunta- ¿Por qué vuelves sola?
Medité mi pregunta durante varios segundos hasta que la
mirada de Laura me obligó a responder.
-Bueno… hemos tenido una pequeña discursión y he decidido
venir por mi cuenta- respondí. No había mentido del todo ya que estaba
realmente enfadada con Liam por haberme besado de esa manera.
No me gustaba que los chicos pensasen que era una chica
fácil. Al contrario, me gustaban los chicos que me respetasen y me quisiesen
por mis sentimientos y no por mi físico.
El chico rubio volvió al coche y condujo rumbo a Los
Ángeles. Pasaron varias horas hasta que llegamos a nuestro destino.
-¿Dónde vives?- preguntó Harry sin quitar la vista de la
carretera.
Miré al suelo, y me armé de valor para responder aquella
respuesta.
-No tengo hogar- respondí mientras una lágrima caía por mi
mejilla.
-¿A qué te refieres con que no tienes hogar?- preguntó el
chico rubio.
-Eh… bueno… yo fui secuestrada y todos piensan que he
muerto- solté de repente. Bajé la mirada y noté como todos me miraban
perplejos. Comencé a sollozar y segundos después noté el brazo de Laura cubriéndome la espalda.
-_____ no te preocupes, nosotros podemos ayudarte- dijo el
chico que no había hablado hasta ahora. No me había percatado de su presencia
hasta aquel momento en el que sus ojos marrones me miraban duramente.
-¿Cómo? ¿Diciéndole a todo el mundo que estoy loca? No puedo
hacer nada, todos creen que estoy muerta- dije casi gritando.
-Yo también fui secuestrada- dijo Laura con la mirada
perdida en el horizonte- me secuestraron y logré escapar pero Lucy no tuvo la
misma suerte que yo.
-¿Quién es Lucy?- pregunté frunciendo el entrecejo.
-Lucy era mi mejor amiga. Ella también fue secuestrada, pero
no logró huir y… murió- me pareció increíble lo firme que se mantuvo Laura al
contar aquella historia.
-Lo… lo siento mucho, de verdad- dije en un intento por consolarla
aunque la que de verdad necesitaba consuelo era yo.
-No te preocupes- dijo con una sonrisa- estoy acostumbrada a
contar este tipo de historias a las personas que se sienten como tú.
Asentí y miré al horizonte en busca de una solución al
problema que se avecinaba.
-¿Y mientras yo qué voy a hacer?- pregunté pensando en algún
lugar donde poder hospedarme al menos por un noche.
-Te hospedarás en una residencia- dijo Laura con una
sonrisa. Al escuchar aquello, la miré con una sonrisa incapaz de ocultar mi
expresión.
-¿Residencia?- pregunté con ojos brillantes por la emoción.
-Más bien es un internado pero en ella viven muchos chicos y
chicas más o menos de tu edad- me explicó ella.
-¿Lo dices de verdad?- pregunté con ilusión.
-Por supuesto-respondió Laura.
-Pero… primero necesito ir a la policía. Debo denunciar mi
secuestro- objeté mirando al chico que aún no se había presentado.
-¡No!- gritó Harry con voz ronca. Le miré extrañada por su
reacción.
-En la policía trabaja mucha gente que se dedica a ayudar en
los secuestros. Lo único que conseguirías yendo a la policía es empeorar las
cosas- dijo el chico de ojos marrones mirándome fijamente.
-¿Y por qué tendría que empeorar las cosas?
-Te pedirían la dirección de tu casa y tu teléfono y si
llegan a localizarte, estás perdida- dijo Harry.
Sus palabras me asustaron tanto que descarté la idea de ir a
la policía y denunciar mi secuestro.
-Eso mismo le pasó a Lucy- dijo Harry sin despegar la vista
de la carretera.
-¿Qué le pasó?- pregunté casi sin pensar aunque segundos
después de haber formulado aquella pregunta me arrepentí enormemente de haberlo
hecho ya que era un asunto personal que no me importaba en absoluto.
-Ella fue secuestrada por los mismos hombres que te
secuestraron a ti- comenzó a explicar Laura- y tras varios meses de estar
encerrada consiguió escapar.
Imaginé la tortura que sería estar encerrada en un cuarto
oscuro durante meses. Ni siquiera yo habría conseguido aguantar más de 3
semanas en la mansión donde Louis me había encerrado.
-Después de escapar volvió a su casa y allí avisó a la
policía y ellos le pidieron la dirección de su casa junto con sus datos
personales- explicó Laura gesticulando con las manos- varios días después unos
familiares suyos que iban de visita la encontraron muerta en su habitación.
Al oír aquella historia, me tapé la cara con ambas manos,
demasiado asustada como para decir algo.
-Todos creyeron que la causa de su muerte había sido un
infarto, pero nosotros investigamos acerca del caso y descubrimos que no fue
así- dijo Harry girándose para mirarme fijamente a los ojos- Lucy había muerto
por envenenamiento.
-¿Cómo la envenenaron?- pregunté con cierta curiosidad.
-Eso no lo hemos llegado a averiguar. Lo único que sabemos
es que fueron ellos los autores del asesinato- dijo Harry con seriedad- Y si no
eres lo suficientemente inteligente como para huir de ellos, tú serás su
próxima víctima.
Leeyum malo no vuelvas a hacercarte a rashita ella es de zayn Ok
ResponderEliminarYo soy toda tuya papeh
Ok no
Síguela
Alex!!! :3
sigueela porfaa¡ me encanntaa¡¡¡
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