Los primeros rayos de sol se filtraban por las rendijas de
la ventana. Di varias vueltas en la cama hasta que me decidí a salir de esta.
Miré a mi alrededor en busca de Liam, pero no había
rastro suyo.
Me envolví en la sábana y salí al exterior donde me encontré
con Liam, cuyo medio de entretenimiento
se basaba en cortar madera con un hacha afilada.
-Buenos días- dijo sin mirarme. Me quedé parada observándole
con detenimiento. Llevaba unos vaqueros desgastados y una camiseta de cuadros
rojos y azules.
-¿Qué haces?- pregunté acercándome a él. Me situé a su lado,
lo suficientemente cerca del hacha como para observarla con precisión.
-Tallando madera- me respondió girándose para a continuación
entrar en la cabaña. Me quedé allí, mirando al vació mientras una lágrima se
resbalaba por mi mejilla.
¿Por qué lloraba? No lo sabía con exactitud, pero en ese
momento me hubiera gustado tener a alguien que me consolase.
Entré dentro de la cabaña y me senté en una silla de madera,
cuyos reposabrazos estaban adornados con dibujos exóticos. Me sequé las
lágrimas que habían precedido a la primera y contemplé a Liam durante unos
instantes, hasta que me devolvió la mirada.
-¿Quieres comer algo?- preguntó abriendo un pequeño estante
situado al lado de un pequeño barreño lleno de agua. Sopesé mi respuesta
durante varios segundos, preguntándome a mí misma si realmente queríaque causar
tanta molestia en alguien que me había salvado la vida.
-No, gracias- respondí con una sonrisa cálida, agradeciendo
su propuesta.
Al oír aquello, se giró y me miró con los ojos entrecerrados.
-¿No tienes hambre?- preguntó con una mirada seria. Negué
con la cabeza y esbocé una pequeña sonrisa.
-En ese caso, no tendré más remedio que obligarte a comer-
dijo esbozando una sonrisa pícara. Aquel gesto me produjo mucha ternura a pesar
de que no sabía a lo que se refería.
Se acercó a mí con un plato lleno de fruta troceada y me
acercó uno de los trozos a la boca. Reí ante aquel acto, pero a Liam no le produjo
tanta risa.
Le quité el plato de las manos y me senté en la mesa
dispuesta a comerme lo que Liam me había ofrecido.
Comencé a comer y
cuando terminé le entregué el plato a Liam.
-Gracias- susurré tímidamente. Liam se limitó a asentir con
la cabeza.
Pasaron horas en incluso días. Había pensado varias veces en
volver a Los Ángeles pero Liam me había quitado la idea de la cabeza. Según él
mi salud aún estaba muy delicada y tenía que esperar varios días.
Un día, mientras ordenaba algunos utensilios descolocados,
Liam se acercó a mí.
-¿Qué es eso?- pregunté contemplando los extraños objetos
que traía entre las manos.
-Esto es un arco- dijo levantando el largo palo curvado de
madera terminando en punta- y esto es un carcaj- señaló el cilindro de madera
donde había varias flechas.
Observé aquellos objetos preguntándome qué haría Liam con
ellos.
-¿Qué vas a hacer con ellos?- pregunté señalando con el dedo
índice el carcaj y el arco.
-Enseñarte a lanzar flechas- respondió Liam entregándome el
arco y varias flechas. Le miré desconcertada, esperando a que me explicase qué
había querido decir con que me quería enseñar a lanzar flechas.
-Llevas aquí varios días y creo que necesitas aprender a
hacer algo útil- dijo haciendo un gesto para que le siguiera. Fruncí el entrecejo
sin saber muy bien si darme por aludida o tomármelo como un simple consejo.
Decidí pasar aquel detalle por alto.
Atravesamos la verja que separaba la cabaña con el bosque y
comenzamos a andar hacía lo desconocido.
Las ramas me rozaban las piernas y los
mosquitos me atacaban salvajemente produciéndome rozaduras por todos lados.
Tras andar lo que me pareció una eternidad, llegamos a un
pequeño claro en el bosque donde había varias dianas colocadas alrededor del
círculo que formaba aquel espacio sin árboles.
-Bien, voy a enseñarte como lanzar una flecha correctamente-
se acercó a mí y me cogió de los dos brazos obligándome a subirlos de manera
que mis brazos sostenían el arco firmemente. Liam sacó una flecha de su carcaj
y la posicionó en una pequeña endidura de la flecha, situada en uno de los
laterales del arco.
-Tira ligeramente de la cuerda para atrás- me indicó
señalando una cuerda elástica que sostenía a la flecha. Hice lo que me indicó
hasta que no fue posible estirar más la cuerda.- Ahora suéltala- dudé unos
segundos hasta que decidí hacer lo que Liam me había dicho.
Solté la flecha y está se clavó en el centro de la diana. Me
sorprendí bastante haber tirado con tanta precisión.
-Para ser tu primera vez no está nada mal- dijo Liam
arrancando la flecha de la diana.
-¿Cómo sabes que es mi primera vez?- pregunté dejando el
arco en el suelo y frotándome las manos.
-Solo hay que ver cómo pones los brazos para saber que es la
primera vez que haces este tipo de ejercicios- dijo Liam sin prestarme mucha
atención. Le miré con recelo y me crucé de brazos, intentando parecer ofendida
aunque en realidad su comentario no me había afectado en lo más mínimo.
Antes o después de daría cuenta de que yo era una adinerada
chica de cuidad criada en una gran mansión lujosa.
-Pues solo hay que ver como caminas para saber que vives en
una cabaña aislada del mundo- dije acercándome a él amenazante. Liam levantó la
cabeza y me miró frunciendo el entrecejo.
-Me has ofendido- dijo poniendo una voz de pito, haciendo
como que me imitaba. Aquel gesto fue el que realmente me sacó de mis casillas.
-Creo que al menos yo tengo sentimientos- dije acercándome
un poco más a él. Su aliento chocaba con el mío y podía observar con claridad
el marrón intenso de sus ojos.
Se acercó a mí hasta que nuestros cuerpos se juntaron
completamente. Liam acercó su mano a mi pelo y comenzó a acariciarlo
lentamente.
-Eres preciosa- dijo posicionando sus labios sobre los míos.
Al principio el beso fue lento y tímido pero pasados vario segundos la pasión nos
inundó por completo. Nuestras lenguas jugaban eufóricamente entre ellas
mientras una lluvia de sentimientos me recorrió por completo.
Liam introdujo las manos por mi camiseta y comenzó a
rastrear la zona con entusiasmo. Agarré el cuello de su camisa y la levanté
hasta que conseguí quitársela. La tiré al suelo y seguí besándole
pasionalmente.
-Liam- gemí excitada- para por favor.
Sabía que no podía hacerlo. Sabía que no debía caer en la
tentación. Sabía que tenía que controlarme. Lo sabía y no quise obedecer a lo
que mi mente me dictaba, por lo que debería de atenerme a las consecuencias.
Oh My Gosh!!!!!!!!!!!!!!!! *-----*
ResponderEliminarPero que demonios?!!?!?!?!?! O_O** OMG!!! Y DOBLE OMG!!!
¿Como es esto posible?
DEBES seguirla!!! :DDDDDDDD
ameeee el capitulo!!! *O*
esta aaaaaaa!!!!
me dejo en estado de coma xD okno :)
siguela!!!! :D
aquí sigo!! :*
jajajaja me alegra que te gustee!! :)))
EliminarTendras que esperar hasta el lunes para wl proximo cap :/
Un besaazo Xx
Ohhhhhh rayis mala deja al pobre Leeyum es MIOOO!!!.....
ResponderEliminarOk, no xD
Siguelaaaaaaaaaaa
Amo tu noveeee
Alex!!! :3
aww me alegra que te gustea novee!
EliminarEl sabado habra nuevo cap! :)
Un besazo Xx