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sábado, 7 de diciembre de 2013

CAPÍTULO 21: CELEBRACIÓN

Pasaron varias semanas desde aquella noche. Los días transcurrían con rapidez sin ninguna novedad que no fuesen los moretones o las heridas que nos hacíamos los unos a los otros en los combates en los que Liam nos obligaba a combatir.

El peor momento que recuerdo fue quizás cuando tuve que luchar contra Alexandra…

Nos encontrábamos todos en un círculo alrededor de la zona de combate donde Liam nombraría a la próxima pareja que lucharía.
-_______ contra Alexandra- dijo Liam con tono áspero. Alexandra comenzó a andar hacía el círculo de combate pero yo me quedé quieta en mi sitio. Zayn me empujó suavemente hacía el círculo y me situé en frente de Alexandra.

Antes de que Liam tocase el silbato que llevaba colgado del cuello, Alexandra pronunció la palabra “Suerte” con los labios. Sonreí dándole ánimos y el silbato sonó indicando el comienzo de la pelea.

Miré a Alexandra y cuando quise darme cuenta esta había depositado un fuerte puñetazo en mi mandíbula. Me tambaleé y la miré sorprendida.

-Lo siento- dijo con voz inocente mientras me abalanzaba sobre ella. Por un momento me olvidé de que era una de mis mejores amigas. La pateé las costillas y después la dí un puñetazo en la tripa tirándola al suelo.

Ella gimió de dolor pero consiguió levantarse y recuperar las fuerzas suficientes como para propinarme un puñetazo en la nariz. La agarré del pelo y tiré de ella hacía atrás provocándole un gran dolo, a juzgar por el alarido de dolor que pegó.

Me cogió de la camiseta y me lanzó contra la pared que había detrás de nosotras con tanta fuerza que apenas logré mantenerme en pie. Se acercó a mí echa una furia y me golpeó el pómulo con fuerza. Caí al suelo y me quedé allí tumbada y dolorida.

Me pateó la tripa varias veces y no paró hasta que no gemí de dolor.
Liam comenzó a contar la cuenta regresiva, los segundos que me quedaban para levantarme y seguir luchando. Si se acababa el tiempo perdería el combate. Estaba demasiado dolorida como para levantarme y seguir luchando por lo que decidí quedarme allí y esperar a que esos infinitos segundos terminasen.

10, 9, 8, 7, 6, 6, 5, 4, 3, 2, 1.

-El tiempo ha terminado.- anunció Liam- la ganadora es Alexandra.

Miré a Alexandra e intenté esbozar una sonrisa felicitándola por su victoria pero la sonrisa se convirtió en una mueca de dolor.

-Que alguien la lleve a la enfermería- gruñó Liam saliendo de la sala de entrenamiento. Ví como una gran multitud se agolpaba a mi alrededor y una figura masculina se abría paso entre el gentío y se situaba delante de mí.

Me agarró por la cintura y me situó en su hombro, de modo que mi torso colgaba por su espalda y mis piernas por su pecho. Inhalé su profundo aroma reconociendo a aquella persona… Zayn.

Dio unos cuantos pasos y solo pude oír los gritos de angustia de Alexandra antes de caer en un profundo sueño.

Cuando el recuerdo terminó, seguí caminando hacía la sala de entrenamiento donde se celebraría la fiesta de finalización del entrenamiento y la entrega de premios.  Solo los mejores luchadores ganarían un premio de reconocimiento por su talento en la lucha libre.

Por un momento deseé poder llevarme aquel premio pero no podía ser codiciosa, además de que no tenía posibilidad alguna de ganarlo ya que había perdido muchos de los combates en los que había participado.

Horas antes de la celebración Alexandra (la cual se había disculpado un millar de veces por aquel violento ataque de ira en el combate) María, Daniela y yo decidimos pedir permiso para que nos dejaran la tarde libre y que así pudiésemos ir a la cuidad a comprar algunos vestidos.

Harry nos permitió ir a la cuidad con la condición de que fuésemos con algún chico y así lo hicimos. Alexandra persuadió a Niall para que nos acompañara y este así lo hizo. Desde que nos lo presentó, Alexandra no le quitaba el ojo de encima y siempre que podía estaba a su lado. Se notaba que había química entre ellos, aunque ninguno de los dos quisiese admitirlo…

Hubiera deseado que Zayn nos acompañara pero era demasiado arriesgado ya que nadie sabía que teníamos una “relación” y por el momento no queríamos que nadie lo supiese.

Pasamos por las tiendas más lujosas de NY hasta que llegamos a una cuyos vestidos tenían la tela más cara y más bonita que había visto en mi vida.

María me convenció en gastar todos mis ahorros en un conjunto que según ella era el adecuado para la entrega de premios. No pude negarme ya que el vestido me encantaba así que decidí comprármelo.
Era así:

Caminé lentamente agarrada hasta que llegué a la sala de entrenamiento. Busqué con la mirada a Daniela, Alexandra y María las cuales se encontraban en una esquina de la habitación junto a la mesa de las tartas.

-¡Chicas!- exclamé con entusiasmo. Las tres volvieron su mirada hacía mí y sonrieron animadas.
-¡Wow!- exclamó Daniela dando una vuelta a mi alrededor mirándome de arriba abajo.
-Te dije que ese conjunto te iba a quedar de maravilla- me recordó María con una sonrisa de autosuficiencia. Puse los ojos en blanco y asentí dándole la razón.
-¿Dónde está Alexandra?- pregunté mirándo a mi alrededor.
-Con Niall- respondió Daniela señalando el centro de la sala de entrenamiento.

Miré hacía la dirección donde ella señalaba y divisé a Niall y a Alexandra riéndose entre ellos. Aquella escena me causó mucha ternura. Ojalá pudiese yo actuar así en público con Zayn…

Volví la mirada hacía las chicas y las encontré mirando a un punto fijo en el horizonte, justo detrás de mí.

-¿Qué pasa?- pregunté sin siquiera girarme.
-Zayn- bufó María alejándose de donde nos encontrábamos. Me giré y me encontré con Zayn en frente de mí.
-¡Zayn!- exclamé y me lancé a sus brazos. Él me rodeó con sus fuertes brazos envolviéndome en un cálido abrazo.
-Hola, princesa- me dijo besándome la mejilla. Tenía una mano oculta tras su espalda por lo que su agarre no era muy firme como para aguantar todo mi peso. Me separé de él y entrecerré los ojos intentando averiguar qué era lo que tenía en la otra mano.
-¿Qué llevas ahí?- pregunté con el ceño fruncido.
-Eh… nada- respondió nerviosamente.
-Eres un pésimo mentiroso ¿Lo sabías?- enarqué una ceja y me crucé de brazos esperando a que Zayn me enseñase lo que tenía o que al menos me dijese la verdad.
-Esto… es para ti- dijo y un precioso ramo de flores surgió de su espalda. Estaba compuesto por rosas rojas, mis favoritas. ¿Cómo había sabido Zayn cuales eran mis flores favoritas?

Dejé pasar aquel detalle por alto y me lancé a sus brazos sin importarme lo que pensaran los demás. Él me acogió con el ramo de flores aún en su mano derecha y sonrió de oreja a oreja. Noté como la gente que se encontraba a nuestro alrededor nos miraban expectantes pero en aquellos momentos, nada me importaba.

-¿Crees que besarte sería demasiado arriesgado?- preguntó Zayn frunciendo el entrecejo.
-La verdad es que me da lo mismo- sonreí y le besé en los labios con ternura. El beso apenas duró unos segundos ya que el grito ahogado de Daniela irrumpió de llano en aquel magnífico momento que acababa de vivir junto a Zayn.
-Ven conmigo- me susurró en el oído. Asentí y le seguí pero antes de eso, le lancé una mirada burlona a Daniela la cual nos miraba a Zayn y a mí con la boca abierta por la sorpresa. Salimos de la estancia adentrándonos en la espesa oscuridad del pasillo.

Me agarré a la mano de Zayn con fuerza, para no tropezar y caerme. En cuanto a los tacones, no había sido muy buena idea escoger un calzado tan alto…

Tras recorrer varios pasillos que me parecieron interminablemente largos llegamos a una pequeña sala tenuemente iluminada. Miré a ambos lados y dislumbré una puerta corredera de cristal en una de las paredes.

-Cierra los ojos- me susurró Zayn con delicadeza. Fruncí el ceño extrañada pero hice lo que me había pedido. Colocó sus manos en mi cintura y las presionó suavemente incitándome a andar.

Avanzamos varios pasos hasta entrar en una zona que parecía estar mucho más iluminada que la habitación anterior. Una suave brisa me erizó el bello de los brazos, pero seguí sin abrir los ojos.

-Ya puedes abrirlos- dijo Zayn a mi espalda. Su presencia era tan agradable como abrasadora y no sabía cuánto tiempo podría aguantar sin besarlo.

Abrí los ojos lentamente, dislumbrando el lugar donde me encontraba. La luz era demasiado brillante por lo que tarde varios segundos en acostumbrarme a su intensidad pero cuando lo hice solté una exclamación ahogada.

-Zayn… esto es precioso- dije con la voz entrecortada por la emoción- Gracias.

Los árboles de hojas rosáceas reflejaban su belleza, iluminados por pequeñas bombillas de colores fluorescentes que les daban un aspecto más divertido. Había dos hileras de árboles y en medio de ellas un estrecho pasillo con rosas esparcidas por él.

El ambiente era cálido y húmedo y un olor dulce y fresco predominaba en el ambiente.

Me giré hacía él y me sorprendió observar la forma en la que me miraba,

-¿Qué pasa?- pregunté toqueteándome el vestido en busca de alguna imperfección que le fuese divertida.
-¿Te había dicho antes lo preciosa que eres?- se acercó a mí y junto su pecho con el mío. Noté como las mejillas se teñían de un color rojillo chillón que daban a entender lo avergonzada que me sentía.

Escondí el rostro en su camiseta blanca y esbocé una tímida sonrisa. Antes de que pudiese reaccionar, me agarró de una mano y tiré de mí arrastrándome por el pasadizo cubierto de pétalos de flores.

Miré a mi alrededor intentando localizar el motivo por el que Zayn había decidido llevarme allí hasta que me dí cuenta de lo que había en el centro del jardín.

Dí un respingo al ver aquello. ¿Una cama? Estaba cubierta por sábanas blancas y un dosel rosa pálido que caía en cascada sobre la almohada.


¿Para qué necesitaríamos una cama?


1 comentario:

  1. Oh por dios!! Una cama!! Para que la querra??? D: esa alexandra fue cruel con la rayis :c espero q ella y niall esten juntos *-*
    Ame el cap linda!! Siguela pronto!!

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