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sábado, 14 de diciembre de 2013

CAPÍTULO 23: “AYUDA”

Vi como el secuestrador extendía una tela negra alrededor de mis ojos, apretándola con fuerza en mi nuca. No podía ver ni distinguir nada, solo podía esperar a que ocurriese algún milagro.

Luchaba por respirar, lo cual se me hacía demasiado difícil por el hecho de tener varias manos tapándome la boca con fuerza. Otras dos manos me agarraban fuertemente de los brazos, inmovilizándome. En total eran dos personas, en caso de que no hubiese nadie más dirigiéndoles.

-Por aquí- dijo una voz que no me sonaba nada. Me arrastraron por las baldosas del suelo hasta que llegamos a una zona donde el aíre se respiraba con dificultad. Oía las pisadas delante de mí y un gruñido por parte del chico que me sostenía los brazos con fuerza.

-Daniel, pesa demasiado- gruñó uno de los chicos que me sostenía fuertemente por la espalda.
¿Daniel? ¿Qué hacía ahí él? Se suponía que estaba hablando con Liam a no ser que… él también estuviese involucrado en aquel asunto.
-Déjala ahí- dijo el que supuse que era Daniel. Caí de bruces sobre algo duro y rocoso; el suelo.  Gemí e intenté levantarme pero antes de que pudiese completar la acción un golpe aterrizó contra mi costado derecho tirándome de nuevo al suelo.
-Levántala, venga.

Forcejeé y me retorcí de nuevo en un intento por escapar del agarre que sus ásperas manos ejercían sobre sus brazos. Grité pero sabía que eso solo me traería severas consecuencias ya que nadie sería capaz de oírme desde aquel lugar.

Unas manos me agarraron fuertemente de la cintura y me lanzaron hacía algo sólido y duro lo cual me golpeó en la espalda quemándome por dentro. A juzgar por su grosor y curvatura debería de ser una barandilla metálica.  Jadeé y noté unas manos sobre mi espalda.

Las manos ejercían mucha fuerza sobre mi espalda por lo que me vi obligada a arquear la espalda sobre la barandilla para aflojar la presión de las manos en mi columna.

Mis píes dejaron de tocar el suelo y por unos instantes deseé saber qué era lo que había detrás de la barandilla en la que amenazaba por caer.

-Vaya, vaya, la señorita ______ está en apuros- se burló uno de los chicos- ¡Llamad a Zayn para que venga a rescatarla!

Su voz sonó chillona y cursi, intentando imitar la mía aunque no lo consiguió.

-Creo que ya no volverá a escuchar conversaciones ajenas nunca más- opinó Daniel agarrándome del pelo. 

Grité de dolor pero lo único que conseguí con eso fue que tirase más y más del pelo, haciéndome cada vez más daño.

-Creo que no vivirá para eso- sus risotadas más que de alegría eran de venganza.
Daniel aflojó su agarre sobre mi pelo y mis brazos por lo que aproveché aquella oportunidad para correr y escapar de allí. Me retorcí y caí al suelo raspándome la rodilla contra el rocoso suelo de piedra.

Un brazo se aproximó a mi cara y lo mordí con todas mis fuerzas notando el sabor a sangre en mi boca. Oí un grito de dolor seguido de un chasquido. Algo duro me golpeó la cara y un dolor cálido me recorrió la mejilla derecha.

El chico cuyo brazo estaría destrozado por mi reciente mordisco, me tiró al suelo utilizando sus dos manos. Me golpeé el codo contra la roca pero fui lo suficientemente ágil como para llevarme las manos a la cabeza y quitarme la venda de los ojos de un rápido movimiento.

No tuve tiempo de dislumbrar la escena ya que un pie aterrizó contra mi ojo derecho impactando contra él con fuerza.

Grité y jadeé dolorida por el reciente impacto.

El dolor era insoportable y no pude evitar soltar algunas lágrimas que  me resultaron frías en comparación con el cálido y continuo dolor que me recorría el cuerpo.

Con mucho esfuerzo me incorporé y observé la escena que tenía delante de mí.

Era demasiado borrosa pero entre las figuras difuminadas que tenía delante conseguí ver a Liam, el cuál había dejado a uno de los chicos tirado en el suelo, sin sentido por el puñetazo que le había propinado en la mandíbula.

Noté como alguien me levantaba cogiéndome de los hombros y después me agarraba del cuello con fuerza. La mano que me agarraba por el cuello se contrajo impidiendo el paso de aire a mis pulmones. Mis articulaciones comenzaron a moverse descontroladamente en busca de aíre con el que poder recobrar la normalidad.

Mis pulmones se contraían pidiendo aíre pero Daniel apretaba su mano contra mi tráquea impidiendo el paso de aíre. Tras varios segundos de lucha noté como uno puntos negros se alzaban sobre mi campo de visión haciendo que la imagen se volviese completamente vidriosa y oscura.

Oí un grito y noté como la mano de Daniel dejaba de presionar mi garganta. Caí al suelo jadeando, recuperando el aíre mientras me masajeaba el cuello dolorido.

-Ayuda- grazné con un hilo de voz.

Cerré los ojos, y unas manos me envolvieron los brazos justo en la zona en la que se unen con los hombros. Me levantó por encima de la barandilla y me apretó contra su pecho para cargarme en brazos, situando uno de sus brazos bajo mis rodillas.

Mi cuerpo se relajó y perdí el sentido notando como una brisa fresca me zarandeaba de un lado a otro.

……

Abrí los ojos lentamente, esperando encontrarme con alguna otra escena desgarradora que me hiciese temblar de terror pero no ocurrió nada de eso.

Busqué con la mirada a alguien o algo que pudiese agredirme pero no encontré nada más que la cama donde me encontraba tumbada y una pequeña mesilla de madera con una lámpara en ella.

La puerta de la habitación se abrió de un fuerte estruendo dejando al descubierto una anatomía fuerte y robusta. Me encogí sobre el colchón y gemí al notar un punzante dolor sobre mi costado derecho.
La figura se detuvo en medio de la oscuridad de la habitación y me miró con los ojos brillantes. Se acercó a mí y cuando estuvo a apenas escasos centímetros cerré los ojos y grité con todas mis fuerzas.

-No me hagas daño por favor- supliqué con las lágrimas mojando la sábana que había sobre mí.
-Shh- dijo una voz muy familiar- no voy a hacerte daño.
-¿Liam?- mis ojos consiguieron adaptarse a la ténue luz que ofrecía la lámpara y observé el rostro de Liam.
-Estoy aquí- susurró agarrándome de la mano y acariciándola con suavidad. Aquel gesto de afecto me desconcertó pero decidí no prestar demasiado a las emociones que me en ese momento me inundaban por completo.
-Zayn- grazné con la voz rota. Recordé como estuve a punto de morir estrangulada por Daniel. Si no hubiera sido por Liam… yo estaría muerta.

Varias lágrimas saladas se deslizaron por mis mejillas hasta llegar a mi barbilla donde llegaban a parar a la costura de la sábana.

-Eh, no llores- me consoló Liam con tono compasivo- lo malo ya ha pasado. Conmigo estás a salvo.

<< Conmigo >> una palabra muy fácil de pronunciaba que despertaba miles de sentimientos en mí. Con él estaría segura pero ¿Qué pasaría cuando estuviese completamente sin la constancia y la protección de un hombre?

Negué con la cabeza y la apoyé sobre su hombro sollozando. Aquella postura era tan cómoda que cuando Liam quiso levantarse de la cama gruñí impidiéndole levantarse.

-No te vayas- supliqué con los ojos rojos. Me miró durante unos largos segundos y se volvió a sentar a mi lado. Le devolví la mirada y me complació no encontrar lástima en sus ojos. No me habría gustado que sintiese eso por mí.

Me recosté sobre la almohada y cerré los ojos disfrutando la paz que se respiraba en aquella habitación.

-¿Quién es Daniel?- pregunté con la voz ronca. Mis cuerdas vocales habían sido víctimas del intento de estrangulamiento por parte de Daniel, por lo que no podía hablar mucho ni muy alto.
-Es el director de este internado- respondió Liam con voz firme. Abrí los ojos y le observé cuidadosamente. 

Tenía la frente tensa y los ojos fijos en algún lugar de la habitación. Respiraba entrecortadamente, como si estuviese reviviendo algún recuerdo desde lo más profundo de sus entrañas.

Agité una de mis manos delante de sus ojos para que me prestase atención y lo hizo.

-¿Por qué lo preguntas?- preguntó frunciendo el ceño.
-Lo oí todo- dije con un hilo de voz- aquella conversación que tuviste con ese tal Daniel, cuando hablabais de Zayn.

Su rostro empalideció considerablemente y em asusté al pensar que quizás haber estado presente en esa conversación, haberla escuchado, no traería buenas consecuencias.

-¿Qué fue exactamente lo que oíste?- preguntó con cautela.
-Pues…- fruncí el ceño intentando recordar los detalles- Que Daniel había amañado la categoría para poder retener a Zayn porque según él es “Demasiado valioso”- acomillé con los dedos las dos últimas palabras. 

Miré a Liam el cuál me miraba fijamente sopesando su respuesta.

-¿No oíste nada más?- preguntó con voz pasiva. Intentaba mantener la calma pero el temblor de sus manos le delataba.
-No- respondí secamente- ¿Qué planean hacer con Zayn? ¿Matarle, torturarle, obligarle a hacer trabajos sucios para vuestra organización?

A medida que fui hablando mis palabras fueron aumentando de tono por lo que mi última palabra fue prácticamente un grito de indignación.

-No es lo que tú crees- murmuró Liam entre dientes.-
-¿A no? ¿Entonces por qué Daniel quiere retenerlo aquí?-  pregunté con los ojos vidriosos. Respiré profundamente para calmarme. Si quería obtener respuestas debería hacerlo de la mejor manera posible.
-Eh… Zayn es… especial- me dijo Liam mirando al suelo. Me quedé pensativa durante unos segundos sopesando sus palabras.

“¿Qué habrá querido decir con “Especial”?” preguntó una voz en mi interior. Me encogí de hombros y decidí hacerle aquella pregunta personalmente.

-A qué te refieres con que es especial- pregunté ladeando la cabeza. Noté un agudo aguijoneo en el cuello al moverlo e hice una mueca de dolor. Liam me miró preocupado pero yo hice un ademán con la mano, quitándole importancia.
-Él… tiene una habilidad especial- me explicó Liam con cuidado de no decir algo de lo que más tarde se arrepintiera- es difícil encontrar a alguien con esas habilidades físicas y mentales. Y Zayn es una de esas personas.

Sonreí al oír aquello. Zayn, me había abierto las puertas de su corazón mostrándome su lado dulce y sensible. Para mí era una de las personas más románticas y cariñosas que había conocido en mi vida pero las personas que me rodeaban no compartían la misma opinión que yo.

Para ellos era el típico chico fuerte y guapo que va de matón por la vida creyéndose el mejor, y ese no era él en realidad. El verdadero Zayn era el chico del que yo me enamoré y al cual no olvidaría nunca.

-¿Qué piensan hacer con él?- pregunté con voz severa. Mi estado emocional había dado un cambio brusco, más de lo que me hubiera gustado.
-No lo sé.

Miró al suelo evitando mirarme y pude notar el cinísmo en su voz. Era un pésimo mentiroso.

-Mientes fatal ¿Lo sabías?- sonreí cuando me miró indiferente, como si esperase de antemano que me diese cuenta de que me estaba mintiendo.
-Me lo suelen decir.

Se encogió de hombros y esperó a que volviese a preguntar pero no lo hice. Pasaron varios minutos hasta que pensé bien la pregunta, ya que sería la última que le haría.

-¿Qué crees que harán con él o que le obligarán a hacer?- pregunté cabizbaja. Quiz´s habría sido demasiado arriesgado preguntar aquello ya que Liam podría pensar que mi único interés era saber lo que planeaban, pero necesitaba defender a Zayn y alejarle del futuro que le esperaba.

-Eh… se supone que tengo porhibido revelar datos importantes como estos- dijo Liam y añadió en un susurró- pero por ser tú te facilitaré la información.

Abrí os ojos como platos y asentí ignorando el dolor que aquel movimiento había implicado.

-Bien, cuando Daniel y los instructores de este internado o cualquiera de los otros internados que tenemos en todos Estados Unidos, encuentra a un chico con una fuerza física y mental demasiado alta, decide someterle a varias pruebas y cuando se aseguran de su capacidad física les obligan a trabajar para la policía o para los servicios de espinaje

   >> Normalmente les suelen enviar a organizaciones donde los preparan y los obligan a luchar por la paz, pero hace varias semanas, este y muchos más internados se aliaron con una organización.

-¿Una organización?- pregunté frunciendo el ceño. Me había prometido a mí misma no volver a preguntarle nada a Liam que estuviese relacionado con aquel tema pero todo se estaba volviendo demasiado interesante como para quedarme con las ganas de preguntar.

-Es… la misma organización que mandó a uno de los suyos para que te secuestrara- susurró Liam con un hilo de voz- Lo más probable es que obliguen a Zayn a trabajar para ellos. 


2 comentarios:

  1. Y pobre rayis...
    Liam eres un ñiño malo...jajaja
    Síguela pronto..

    Alex!!! :3

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  2. senti lo que la rayis sintio :c pobre me senti mal. siguela muy pronto si?
    liam la ha salvado! y le ha dejado dudas acerca de las habilidades especiales
    escribes genial! :D espero que subas el proximo cap pronto! :)

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