ZAYN P.O.V:
Liam había retado a ______ a saltar al vacío
sin ningun motivo aparente. La ira me carcomía por dentro al observar como
_____ temblaba de miedo y no podía hacer nada para hacerla sentir mejor. Sentí
la necesidad de lanzarme hacía Liam y hacerle cambiar de opinión respecto a su
decisión de hacer saltar a _____ pero logré controlarme por mi propio bien.
Ella se balanceó sobre el vació y se inclinó
hacía delante para caer. Oí su grito de terror en la caída y me precipité al
borde del acantilado para comprobar que no se había echo daño.
Mi preocupación por ella no tenía límites, a
pesar de que la había humillado por la mañana pero había veces que su forma de
ser y de creerse el centro del mundo me exasperaba…
Seguí con la mirada el diminuto cuerpo de
_____, el cuál chocaba contra la azulada superficie del agua. El océano la
engulló por completo y pasaron segundos y minutos sin que volviese a aparecer.
-_______... no aparece- murmuró Alexandra
asustada. Liam la miró con suficiencia y no respondió, se quedó mirando el
vacío como si esperase que _______ surgiera de él.
Me levanté de un salto y me quité la camiseta
del uniforme, dejando mi torso desnudo.
-Zayn, ¿Se puede saber qué estás haciendo?-
preguntó Liam acercándose a mí y recogiendo la camiseta que había tirado al
suelo.
-Se está ahogando- entrecerré los ojos y me
dirigí al borde del acantilado contemplándolo con cierto miedo.
Me lancé sin pensármelo dos veces y
experimenté aquella extraña sensación que ______ había sentido minutos antes. El agua se
introdujo por debajo d emi ropa, atrayéndola hacía el fondo.
Miré a mi alrededor en busca del cuerpo de
_____ y lo encontré flotando, inconsciente. Nadé hacía ella con un nudo en la
garganta producido por el pánico. No podía estar muerta, no, no podía.
La cogí de la cintura y la arrastré hacía el
exterior impulsándome con las manos. El agua la hacía parecer ligera aunque me
costó bastante no ahogarme intentando sacarla al exterior. Cuando llegué a la
superficie la arrastré hacía un pequeño saliente de ropa y apoyé su cuerpo
inerte en él.
Estaba pálida, demasiado como para seguir viva
pero tenía esperanzas de que aún siguiese con vida. Tenía esperanzas en que aún
respirase y volviese a ver esos preciosos ojos verdes que irradiaban tanta
felicidad por sí solos.
Apoyé mi cabeza en su pecho y escuché
atentamente, deseando poder oír los latidos de su corazón y así fue. Sus
latidos eran débiles, más de lo que me habría gustado pero seguía viva y eso
era algo que sin duda deseaba con todas mis fuerzas.
-¡Está viva!- grité hacía la nada con lágrimas
en los ojos. No creía que nadie pudiese llegar a oírme pero Liam lo hizo y
respondió a mi grito de alegría.
-Espera ahí un momento, ahora bajamos a
ayudarte- miré hacia arriba y durante un segundo pude contemplar su expresión
de alegría y satisfacción.
Dirigí mi mano a la cara de _____ con el
propósito de acariciarla pero esta se quedó en el aíre cuando reflexioné y
pensé si a ella realmente le gustaría que la acariciase el rostro.
Podía notar el odio que sentía hacía mí por lo
que no era la opción más viable en esos momentos.
Entrelacé mi mano con la suya y la contemplé
durante lo que me pareció una eternidad. No me cansaría de observarla. Era tan hermosa…
Segundos, minutos o quizás horas después una
lancha apareció delante de nosotros con Liam y un chico rubio conduciéndola.
Se acercó hacía el saliente rocoso donde yo me
encontraba y agarró a _______ de la cintura atrayéndola hacía sí. Montamos en
la lancha y nos dirigimos a un lugar donde ______ estuviese segura.
________ P.O.V
Un ruido extraño y constante aguijoneó mis
oídos, despertándome del profundo sueño en el que me había sumido. Tosí
desesperadamente sin apenas abrir los ojos, expulsando todo el agua que había
tragado.
Abrí los parpados lentamente y la cegadora luz
del sol me obligó a cerrarlos de nuevo. Coloqué una mano sobre mi frente
protegiéndome del sol y los volví a abrir con seguridad. Me encontraba sentada
sobre el regazo de alguien.
Intenté incorporarme pero unas manos me lo
impidieron.
-Descansa, debes de estar agotada- susurró
alguien en mi oído. Una voz que conocía demasiado bien como para ignorarla.
Me incorporé de golpe, dejándole demasiado
perplejo como para reaccionar. Le miré con mirada furiosa, sin saber qué
pensar.
-¿Qué haces aquí?- pregunté mirando a mi
alrededor. Vi el agua pasar rápidamente delante de nosotros. Estábamos en una
lancha.
-Te… te estabas ahogando- susurró con
preocupación reviviendo ese momento. Recordé aquella mano que me rodeaba la
cintura justo antes de que todo desapareciese por completo.
Reflexioné acerca de lo que acababa de decir.
¿Acaso me había salvado la vida?
-¿Me has salvado la vida?- mis últimas
palabras apenas fueron aludibles. Estaba demasiado avergonzada como para
hablar. Aquel chico que me declaró la guerra y me había humillado delante de
mis mejores amigas, me acababa de salvar la vida, tal y como Liam lo había
hecho.
Zayn asintió levemente con la cabeza,
avergonzado por aquel echo. Bajé la cabeza y noté como un rubor ardiente como
el fuego me subía por las mejillas.
“Genial, ahora le debo la vida a dos personas
diferentes” pensé frustrada. No podía seguir dependiendo de la protección que
me ofrecerían los demás. Tenía que aprender a valerme por mí misma pero no
estaba segura de como hacerlo.
-Gracias- susurré y le di la espalda,
demasiado avergonzada como para volver a mirarle a los ojos. Contemplé el agua
pasar sin decir ni una sola palabra hasta que llegamos donde se encontraban
todos.
-¡_______!- chilló Alexandra abrazándome.
Respondí a su abrazo con cierto entusiasmo por poder volver a verla.
-¿Te encuentras bien?- preguntó María con voz
dulce.
“Me he tirado por un acantilado de más de 20
metros y casi me ahogo pero si, estoy bien” pensé con sarcasmo riéndome de mi
propia broma. Todos me miraron extrañados por mi repentino ataque de risa pero
en esos momentos me daba igual lo que los demás pensasen de mí.
-Sí, estoy bien- sonreí agradecida de que
mostrase preocupación por mí.
-Vaya, vaya, parece que alguien no sabe nadar-
dijo una voz proveniente del grupo de personas que se agolpaban a mi alrededor.
Fruncí el ceño mirando a mí alrededor en busca del destinatario de esa voz pero
no conseguí encontrarlo, hasta que dio un paso al frente.
Era moreno, con un largo flequillo cayéndole
por la frente. Su cara era redonda con una diminuta nariz en el centro de esta.
Sus labios eran finos y sus ojos marrones irradiaban odio y autosuficiencia.
No le había reconocido hasta aquel momento.
Aquel chico era con el que luché el día anterior y al que gané con varios
puntos de ventaja. Se llamaba… Austin.
-¿Y quién te ha dicho eso?- pregunté enarcando
una ceja.
Dí un paso al frente y le miré con los ojos entrecerrados. Se
sorprendió ante mi reacción ya que lo más seguro es que pensara que me quedaría
callada, esperando a que me humillaran delante de todos, como había pasado con
Zayn, pero se equivocaba.
-Los hechos lo demuestran. La segunda vez que
te salvan la vida ¿No es cierto?- preguntó con una sonrisa burlona- eso
demuestra lo poco independiente que eres y que dependes de los demás para…
Su voz fue camuflada por los gritos de Zayn,
el cuál se situó delante de mí.
-No vuelvas a decir ni una sola palabra más en
contra de _____- gruñó Zayn agarrando al chico por el cuello de la camisa. No
intenté detenerlos.
Estaba demasiado sumida en mis pensamientos
como para hacer caso a la defensa que Zayn me estaba ofreciendo.
¿Cómo podía saber Austin que me habían salvado
la vida dos veces? ¿Eso icluia la vez que Liam me había salvado de ahogarme
en aquel estanque?
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