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domingo, 16 de junio de 2013

NOVELA NIALL & TÚ: CAPÍTULO 29

CAPÍTULO 29: ADIÓS IRLANDA
NARRAS TÚ:
Pasaron 3 días y aunque no estaba del todo recuperada, debía regresar a Londres para estar a tiempo en el cumpleaños de Irene.
Brad se había ocupado de mí durante aquellos y se lo agradecería de por vida.
Salí del baño vestida así:


















Oí el timbre de la puerta y antes de abrirla miré por la mirilla para asegurarme de que quien llamaba era alguien de confianza.
-Brad- dije abriendo la puerta, dejando al descubierto parte de mi vestimenta.
-Hola- dijo con su habitual sonrisa- el taxi te está esperando en la puerta trasera del hotel.
-Vaya, creo que ya es hora de marcharme- dije cogiendo la maleta y arrastrándola hasta el ascensor. Pulsé el botón de bajada pero Brad me hizo un gesto con la cabeza.
-No puedes bajar por el ascensor- dijo este interponiéndose entre las puertas metálicas impidiéndome el paso.
-¿Por qué no?- pregunté ladeando la cabeza extrañada.
-Hay muchos paparazzis en la planta de abajo. El personal del hotel les prohibió subir a esta planta pero les han permitido quedarse en la entrada así que lo más seguro es que al salir te vean y no me apetece tener que volver a salvarte- me ruboricé al escuchar las últimas palabras de Brad ya que tenía toda la razón al decir que me había salvado de ser fotografiada por aquellas personas que se dedicaban a entrometerse en las vidas ajenas.
-Bien, entonces ¿Por donde debo salir?- pregunté a la defensiva.
Sin decir palabra alguna, me cogió de la mano y me guió por diferentes pasillos hasta que llegamos a una puerta de metal que soltó un fuerte chirrido al ser abierta.
Salimos a un pequeño jardín desierto en el que había varios cubos de basura y algunos gatos comiendo de las sobras que encontraban. Atravesamos el césped del jardín y a los lejos divisé un pequeño vehículo de color banco y negro. Supuse que era un taxi debido a los colores chillones que resaltaban sobre el metal que cubría el motor del vehículo.
Entré mientras el taxista metía mi maleta en el maletero. Una vez dentro me despedí de Brad con la mano y este me dij algo que no conseguí escuchar.
-¿Qué has dicho?- grité en un intento por que me escuchara. Desafortunadamente mis palabras bailaron en el aíre sin llegar a sus oídos.
Le lancé un beso de despedida justo cuando el taxi empredió su marcha. Este me lo devolvió con una expresión de melancolía y tristeza.
Tras varios segundos, me reocsté sobre el asiento trasero del coche y me propuse quedarme dormida, al menos hasta que llegásemos a Londres, y así fue.
Me desperté sobresaltada al oír el fuerte claxon del coche, indicando que ya había llegado a su destino. El taxisa se giró hacía mi reclamándome el dinero que le debía por haberme llevado hasta el lugar que le había indicado. Le entregué lo que este me indicó salí del coche de un salto.
-¡________(tn)!- gritó Irene dándome un fuerte abrazo.
-Hola hermanita- dije secándome las lágrimas que se habían escapado de mis ojos.
Naomi y Paula se acercaron a mi y me dieron un gran abrazo transmitiéndome la alegría que sentían por mi reciente llegada.
Entré rápidamente a la mansión ya que la calle comenzaba a llenarse de paparazzis preparados con sus cámaras.
-Tenemos muchas cosas que hacer- se oyó la voz de Anna proveniente de la cocina. Pasados varios segundos hizo su aparición en el salón, el lugar donde las chicas y yo nos encontrábamos  en ese momento.
-¡Preparar mi cumpleaños!- chilló Irene comenzando a dar saltitos. Me eché a reír por la forma en la que se comportaba en un situación tan infantil. Su cumpleaños sería al día siguiente y no había nada planeada, lo que me resultó bastante extraño ya que Anna siempre lo tenía todo milimetrado al segundo.
-Entre otras cosas- dijo Anna con cierto desdén.
Cogió su móvil y llamó a una empresa de tartas y otros manjares, que se encargaba de llevar los pedidos a domicilio.
-Bien, chicas necesito que me ayudéis con los preparativos para el cumpleaños- dijo dirigiéndose a las demás- _______(tn) sube a tu habitación y deshaz la maleta. Cuando termines bajas a ayudarnos.
Asentí y subí las pesadas escaleras arrastrando la maleta que a cada paso que daba se resistía más a subir.
Cuando por fin llegué arriba entré en el cuarto y me sorprendí bastante al ver lo renovado y decorado que estaba. Las cortinas viejas habían sido reemplazadas por unas cortinas rosas mucho más nuevas y el tono rosa pálido de las paredes lucía bajo la luz del sol que iluminaba la habitación.
Contemplé la habitación y sonreí satisfactoriamente. La habitación era así:



















Dejé la maleta encima de la cama y poco a poco fui colocando los objetos que esta contenía, en sus respectivos lugares.
Cuando terminé de colocarlo todo, pasé mi mano por la frente secándome el sudor que se resbalaba por ella.
Bajé las escaleras dando pequeños saltitos y cuando llegué al piso de abajó me topé con Anna, la cual andaba de un lado a otro con el teléfono en la mano, llamando a quien fuese necesario para que el cumpleaños de Irene fuese espectacular.
-¡Oh ________(tn)!- dijo acercándose a mí a toda prisa. Me entregó una hoja con garabatos y yo la examiné curiosamente intentando averiguar qué contenía- revisa la lista y comprueba que estén todos los nombres.
-¿Qué es?- pregunté agitando la hoja en el aire.
-La lista de invitados- dijo alejándose con el teléfono en la mano. Asentí y observé todos los nombres de la lista. Muchos de los invitados eran totalmente desconocidos para mí, sin embargo otros eran amigos de la infancia.
Leí en voz alta todos lo nombre hasta que llegué a uno que me llamó en especial la atención.
-Niall Horan- pronuncié su nombre con cautela, mientras notaba como la piel de me erizaba por completo.

Volvería a encontrarme con él y presentía que no iba a ser un encuentro agradable.

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