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domingo, 27 de enero de 2013

NOVELA HARRY & TÚ: CAPÍTULO 38

CAPÍTULO 38: PROPUESTA
NARRAS TÚ:
Abrí los ojos lentamente y noté un fuerte dolor de cabeza. Me llevé las manos a la cabeza para que es dolor cesara pero era en vano.
Miré a mi alrededor y vi que estaba en mi habitación tumbada en mi cama y los chicos, Sonia, Chris y Eleanor estaban hablando en el pasillo. Harry se alegró y al ver que estaba despierta se acercó rápidamente a mí y llamó al resto para que viniesen. A continuación me dio un gran abrazo seguido de otros mucho de parte de los chicos, Sonia, Chris y Eleanor.
Tú: Eh... ¿Qué pasa?- pregunté confundida.
Harry: ____(tn)... ¿No recuerdas lo que te pasó?- preguntó pálido.
Tú: Pues... solo recuerdo que me dolía mucho la cabeza, vine aquí y bueno... ya no sé más. ¿Qué ha pasado?- estaba un poco confusa con todo lo que estaba pasando.
Sonia: Pues estaba con Zayn y cuándo volví te encontré desmayada aquí en tu cuarto.
No pude responder ya que una oleada de recuerdos invadieron mi mente dejándome atónita a todos aquellos recuerdos de mi infancia y de lo momentos que había pasado en Londres. Harry me movió un poco al notar que estaba pensativa y una lágrima resbaló por mi mejilla humedeciéndola.
Chris: ¿Qué te pasa?
Tú: Eh... acabo de...- otras lágrimas salieron de mis ojos y acto seguido abracé a Harry que estaba a mi lado.
Harry: ¿Qué te pasa preciosa?
Tú: He recordado- dije con una luminosa sonrisa en mi cara.
Niall: ¿Todo?
Tú: Creo que sí, me acuerdo de todo lo que pasé en Londres y antes de venir aquí.
Sonia: ¡Oh dios mio eso es genial!- dijo pegando saltitos y abrazando a Zayn y a los demás chicos.
Les hice una seña a los chicos para que me dieran un abrazo y al final ese pequeño abrazo se convirtió en un abrazo grupal.
Louis: He llamado a Eleanor pero no puede venir así que quizás venga más tarde- dijo con una dulce sonrisa.
Me recosté sobre la cama y me quedé mirando a los chicos que hablaban animadamente pero noté que Harry me miraba de reojo con un a mirada pícara.
Sonia: Chicos, creo que _____(tn) debe descansar así que mejor vamos abajo y hablamos tranquilamente- dijo saliendo de la habitación y dándome un beso en la frente.
Harry: Ahora voy yo.
Me quedé mirándole fijamente y vi que se acercaba a mi cama y se sentaba en ella cuidadosamente para no hacerme daño.
Harry: ¿Cómo te sientes?- preguntó acariciándome el pelo
Tú: Bueno, estoy un poco cansada y me duele la cabeza.
Harry: entonces tendré que darte una medicina que lo cura todo.
Tú: ¿A sí? ¿Y cuál es esa medicina que todo lo cura?- pregunté sarcástica.
Harry: Ahora lo verás- se fue acercando lentamente a mí hasta que nuestros labios se rozaron y se fundieron en un profundo beso. Nos besábamos ansiosamente hasta que la falta de oxigeno entre nosotros dos se hizo presente. Nos separamos y Harry juntó su frente con la mía para así poder mirarnos a los ojos.
Me perdía en esos preciosos ojos verdes que me transmitían sensaciones que no podía describir.
Harry: _____(tn), tengo que contarte algo...
Tú: Claro, dime- dije acomodándome en la cama.
Harry: Bueno, pues quise pedírtelo hace tiempo pero no encontraba el momento.
Tú: ¿Qué es lo que quieres pedirme?- pregunté un poco confusa.
Harry se levantó de la cama y se arrodilló delante de mí. A continuación metió la mano en el bolsillo de su pantalón y sacó una pequeña cajita de terciopelo roja.
Harry: ______(tn) Smith ¿Quieres casarte conmigo?- preguntó abriendo la pequeña caja y dejando ver un hermoso anillo de diamantes.
No podía creer lo que estaba viendo ¿Harry me había propuesto matrimonio?. Las lágrimas no tardaron en salir y Harry las secó delicadamente.
Tú: Por supuesto que quiero- dije con una gran sonrisa.
Harry: ¿En serio?- noté que seguramente él también lloraría.
Tú: Sí.
Antes de que pudiese decir algo más le besé apasionadamente haciendo que mi piel se erizara. Cada beso era una droga a la que cada vez era más adicta y eso era algo que no podía controlar. Al separarnos acarició mi mejilla y me dio un fuerte abrazo.
Harry: Estaremos juntos para siempre- susurró en mi oído.
Notaba su respiración en mi cuello y me excité mucho. A los pocos segundos me separé de él y me senté en la cama acurrucándome en sus piernas. Mis ojos se iban cerrando poco a poco mientras Harry me acariciaba dulcemente la mejilla. Al final me quedé dormida.
*3 SEMANAS DESPUÉS*
Las manos me temblaban y daba vueltas en mi habitación esperando a que el estilista que había contratado llegase. Hoy me casaba con Harry y estaba extremadamente nerviosa. Había contratado a un estilista que me maquillaría. Sonia y Chris habían contratado su propio estilista.
De repente la puerta sonó y me levanté le la cama pegando un brinco y bajé a abrir la puerta.
Al abrirla vi a un hombre con un gran maletín blanco.
Tú: Hola, tú debes de ser David ¿Verdad?- pregunté mirándole. Cuando llamé a la agencia para contratar un estilista me dijeron que se llamaba David así que seguramente aquel hombre fuese David.
David: Hola. Sí, me llamo David y soy tu estilista.
Tú: Oh, pasa por favor- le hice un gesto con la mano para que pasase dentro de la casa- ¿Dónde crees que estarás más cómodo?
David: Pues pienso que en tu habitación podré trabajar bien.
Tú: Claro, acompáñame- empecé a subir las escaleras seguida de David que cargaba con aquel pesado maletín blanco. Cuando llegamos a mi habitación pasamos y me senté en una silla. David dejó el maletín encima de mi escritorio y al abrirlo me quedé asombrada de todos los tipos de maquillajes que había dentro de ese maletín. Me fijé en cada uno de los colores y eran realmente bonitos y elegantes.
David empezó a maquillarme con todos los tipos de maquillaje que tenía pero no dejó que me viese en el espejo hasta que no acabase por completo.
Cuando terminó de maquillarme le indiqué el lugar dónde se encontraba el vestido y me lo puse. Me retocó algunos detalles del vestido y cuando creyó que ya había terminado me permitió mirarme al enorme espejo que se encontraba justo detrás de mí.
Estaba así:


















Tú: ¡Wow!- exclamé al situarme delante del espejo. Estaba totalmente distinta y me encantaba el nuevo estilo que me había dado David.
David: ¿Qué te parece?- preguntó esperando mi respuesta.
Tú: Es... es genial- a continuación le di un gran abrazo y el también me abrazó- Gracias.
David: Solo es mi trabajo- dijo con una cálida sonrisa.
Miré y eran las 16:30. Había quedado con las chicas a las 16:20 así que no tardarían en venir.
David: Bueno, creo que ya he echo mi trabajo así que voy a tener que irme.
Tú: Ohh, claro- dije abriéndole la puerta de la salida.
David: Ha sido un placer trabajar contigo- dijo dándome un pequeño abrazo.
Tú: El gusto ha sido mío.
David: Espero que te vaya muy bien en tu boda.
Tú: Gracias- sonreí y a continuación David salió de casa cargando su maletín blanco.

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